La UE plantea una armonización penal que obligaría a España a endurecer los nuevos tipos de malversación

La UE plantea una armonización penal que obligaría a España a endurecer los nuevos tipos de malversación

El objetivo de la Comisión es que haya una pena de cárcel mínima de cinco años, algo que choca con los tipos atenuados que impuso el Gobierno en su reciente reforma.

Pedro Sánchez y Ursula von der Leyen en BruselasThierry Monasse vía Getty Images

La Comisión Europea plantea un endurecimiento del delito de malversación en toda la UE que afectaría de lleno a España. Según la propuesta de directiva conocida este miércoles, este delito conllevaría una pena máxima de al menos 5 años, lo que obligaría a España a volver a reformarlo para adaptarse al criterio comunitario.

Según el texto que ya maneja Bruselas, el objetivo es doble: tipificar los delitos de corrupción y armonizar las penas en todo el territorio, por lo que las infracciones referidas a malversación, tráfico de influencias y cohecho tendrían una pena de cárcel de al menos 5 años. 

Este 'suelo legal' choca con la reforma promovida por el Gobierno de Pedro Sánchez, que atenuó diversos tipos de malversación, con penas inferiores. Así, si bien se mantienen las penas para el tipo tradicional, de 2 a 12 años de cárcel, el Ejecutivo desarrolló dos figuras de menor carga penal contra los inculpados.

Como cita Europa Press, la primera de estas 'novedades' se destina a casos cuando "la autoridad o funcionario público que, sin ánimo de apropiárselo, destinare a usos privados el patrimonio público puesto a su cargo por razón de sus funciones o con ocasión de las mismas". Conlleva penas de 6 meses a 3 años de prisión e inhabilitación de 1 a 4 años.

La segunda figura se destina para "la autoridad o funcionario público que, sin estar comprendido en los artículos anteriores, diere al patrimonio público que administrare una aplicación pública diferente de aquélla a la que estuviere destinado", sancionado con entre de 1 a 4 años de cárcel y 2 a 6 de inhabilitación.

De momento, el plan de la Comisión es solamente eso, un plan, y deberá ser negociada ahora por los estados miembros y el Parlamento Europeo.