Adiós a los 10.000 pasos diarios: un exmédico aficionado a 'molestar' se ríe a carcajadas de esta regla
"Es como recoger margaritas…", asegura.

El mantra de que caminar 10.000 pasos al día es el secreto para una vida sana se ha repetido durante años. Sin embargo, el Dr. Christian Daulouède, exmédico deportivo de Burdeos, rompe con esta creencia ampliamente aceptada. "¿10.000 pasos al día? Es como recoger margaritas…", ironiza en declaraciones a Sud Ouest, subrayando que esta cifra no tiene ninguna base científica sólida.
Daulouède explica que la famosa regla nació en los años 60 en Japón, fruto de un estudio encargado por fabricantes de podómetros: "Se aplicaba a un fenotipo asiático, no al nuestro. Corresponde aproximadamente a una hora y media de caminata, o 7 kilómetros".
Lo que comenzó como una estrategia de marketing se consolidó con el tiempo hasta ser adoptado incluso por la OMS. "En el ámbito de la salud, lo llamamos el efecto 'oro': ha servido para vender aplicaciones y relojes inteligentes. Pero no es tanto la cantidad de pasos lo que cuenta, sino cómo los damos".
Un estudio de 2021 citado por Consumer Reports respalda esta crítica. Sus datos revelan que los beneficios en presión arterial, azúcar, colesterol o circunferencia de cintura solo comienzan a notarse a partir de 15.000 pasos al día.
Otros factores relevantes en una caminata
No obstante, más allá de las cifras, Daulouède insiste en la calidad del movimiento: "Caminar a paso ligero para subir la Rhune en el País Vasco no tiene nada que ver con pasear en Mirza… El esfuerzo físico no es el mismo".
También señala que caminar tiene un valor más allá de lo físico. "La gente que camina es más inteligente que la que no lo hace, ¡pero físicamente es otra historia!", bromea Daulouède, citando a Nietzsche, Kierkegaard y otros pensadores que encontraron en el caminar una fuente de inspiración y equilibrio mental.
En cuanto a la salud física, el especialista recomienda "el paso del cazador", consistente en una caminata intensa, con variaciones de ritmo, subidas y bajadas, que acelere el corazón y provoque sudor. "La frecuencia cardíaca debe cambiar, y entonces, sí, sabemos que el nivel de colesterol bajará, que el corazón se estimulará", detalla. Para quienes no disponen de mucho tiempo, sugiere fraccionar el ejercicio.
"La idea es quemarse el aliento. Si caminas a paso ligero durante mucho tiempo, quemas calorías, incluso mientras duermes". Además, caminar rápido ayuda a frenar el avance del Alzheimer y protege articulaciones en casos de artrosis, gracias a la estimulación del líquido sinovial.
Y para rematar, Daulouède derriba otro mito: "La marcha nórdica con bastones, tan popular entre los mayores, no tiene ningún interés adicional", sentencia. Más que contar pasos, se trata de cómo y con qué intensidad caminamos.