Avistan al 'avión del fin del mundo' de 377 toneladas y 70 metros de largo con un atuendo completamente inusual
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Avistan al 'avión del fin del mundo' de 377 toneladas y 70 metros de largo con un atuendo completamente inusual

La aeronave iba 'desnuda', lo que ha generado diversas teorías.

Vista lateral derecha aérea de un avión E-4B, avanzado puesto de mando nacional aerotransportado, siendo repostado por un avión KC-135 Stratotanker.Getty Images

El misterioso 'avión del fin del mundo' de la Fuerza Aérea de Estados Unidos fue avistado en septiembre en un estado inusual: sin su característica pintura blanca. El Boeing E-4B, una aeronave diseñada para servir como centro de mando aéreo en caso de una catástrofe global o guerra nuclear, apareció cubierto de un color turquesa que llamó la atención de observadores y medios especializados.

La revista militar The War Zone (TWZ) informó del avistamiento, que tuvo lugar en el aeropuerto Meacham, en Fort Worth (Texas). Según el medio, la aeronave parecía estar en proceso de repintado o mantenimiento. "Probablemente lo estaban sacando para repintarlo", señaló la publicación, que acompañó su informe con imágenes capturadas por la observadora aérea Tori Fontana.

Un color inusual para una máquina única

El avión fue visto 'desnudo', es decir, sin su tradicional recubrimiento blanco, aunque no mostraba aluminio expuesto. En su lugar, presentaba una tonalidad turquesa, que podría tratarse, según TWZ, de una imprimación o capa protectora temporal.

La revista especuló con la posibilidad de que el color procediera del cromato de zinc, un material empleado habitualmente como base anticorrosiva. Sin embargo, Tekniikka & Talous sugiere que "la conclusión podría ser incorrecta", ya que el cromato de zinc es amarillo, no turquesa, lo que sugiere que podría tratarse de un tratamiento diferente o de una mezcla de productos aplicada durante la fase de mantenimiento.

Desde 1973, la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha operado cuatro de estos aviones, conocidos como Boeing E-4B Nightwatch o, más popularmente, 'Doomsday Planes' (aviones del fin del mundo), por su capacidad de mantener el mando militar estadounidense operativo incluso en caso de una guerra nuclear.

El avión preparado para el peor escenario

El E-4B cumple la función de Centro Nacional de Operaciones Aerotransportadas, un componente esencial del Sistema Nacional de Mando Militar. Su misión es garantizar la continuidad de las comunicaciones y el control de las fuerzas armadas si los centros terrestres quedaran destruidos o inutilizados.

Según la Fuerza Aérea estadounidense, este avión es utilizado por el presidente, el secretario de Defensa y el Estado Mayor Conjunto, y también se despliega para proporcionar apoyo logístico durante los viajes internacionales de altos mandos militares.

"El E-4B es, esencialmente, una fortaleza voladora capaz de mantener el gobierno en funcionamiento durante cualquier crisis imaginable", explican fuentes militares citadas por The War Zone.

Basado en un Boeing 747-200, el aparato está especialmente modificado para resistir pulsos electromagnéticos generados por explosiones nucleares. Además, su cabina se basa en instrumentos analógicos, más resistentes que los digitales ante una interferencia electromagnética.

Una fortaleza aérea con 42 sistemas de comunicación

El interior del E-4B está dividido en seis zonas funcionales: una sala de mando, sala de conferencias, zona de información, área de operaciones, espacio de comunicaciones y zona de descanso. Puede albergar hasta 112 personas, incluyendo personal militar, de comunicaciones y seguridad.

Además, el avión solo tiene ventanas en la cabina y dispone de 42 sistemas de comunicación distintos para asegurar la conexión con cualquier punto del planeta".

Una hora de vuelo del E-4B cuesta más de 100.000 dólares (85.969 euros), lo que lo convierte en una de las aeronaves más caras de operar del mundo. Su peso máximo de despegue es de 377 toneladas, alcanza una velocidad de 969 km/h y puede volar a una altitud de 14 kilómetros. Además, está equipado para reabastecerse en pleno vuelo, lo que le permite mantenerse en el aire más de 12 horas seguidas.

Entre sus sistemas destacan la protección nuclear y térmica, el aislamiento acústico, y un sistema satelital de última generación que permite acceso global. Todo ello convierte al E-4B en un centro de comando prácticamente impenetrable.

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