¿Batata o boniato? Todas las diferencias del primo dulce de la patata
La batata anaranjada es originaria de América Central y del Sur, y ha sido ampliamente cultivada en Estados Unidos.

Una de las principales diferencias entre la batata y el boniato radica en su color y textura. La batata, en su variedad más común, presenta una piel rojiza o morada y una pulpa anaranjada, densa y húmeda. En cambio, el boniato suele tener una piel más clara, entre beige y marrón claro, y una pulpa blanca o amarillenta, de textura más seca y harinosa. Esta diferencia física no solo afecta su apariencia, sino también su comportamiento en la cocina: mientras la batata se carameliza fácilmente y es ideal para preparaciones dulces, el boniato se adapta mejor a platos salados y frituras por su menor contenido de humedad.
Desde el punto de vista botánico, ambas pertenecen a la misma especie, Ipomoea batatas, pero son variedades distintas. La batata anaranjada es originaria de América Central y del Sur, y ha sido ampliamente cultivada en Estados Unidos, especialmente en estados como Carolina del Norte. El boniato, por su parte, tiene una mayor presencia en regiones del Caribe, el sur de España y algunas zonas de Asia, donde se ha adaptado a climas más secos y suelos menos fértiles.
El sabor es otro elemento diferenciador clave. La batata suele tener un gusto más dulce, debido a su mayor concentración de azúcares naturales, especialmente cuando se cocina. El boniato, en cambio, tiene un sabor más neutro, con notas terrosas que recuerdan a la castaña o a la patata. Esta diferencia sensorial ha influido en su uso tradicional en distintas culturas: mientras que en Estados Unidos la batata es protagonista de platos como el “sweet potato pie” o el “casserole” con malvaviscos, en España el boniato se consume tradicionalmente asado durante la festividad de Todos los Santos.
En cuanto a su valor nutricional, la batata destaca por su alto contenido en betacarotenos, un antioxidante que el cuerpo convierte en vitamina A, esencial para la visión y el sistema inmunológico. Esta propiedad se refleja en su color naranja intenso. El boniato, aunque también nutritivo, contiene menos betacarotenos, pero aporta más almidón y fibra insoluble, lo que lo convierte en una opción interesante para dietas que buscan regular el tránsito intestinal.
El cultivo también presenta diferencias. La batata requiere suelos bien drenados y temperaturas cálidas constantes, mientras que el boniato es más resistente a condiciones adversas y puede crecer en terrenos más pobres. Esta adaptabilidad ha hecho que el boniato sea una opción popular en zonas rurales con recursos agrícolas limitados.
Finalmente, el aspecto cultural y lingüístico no puede pasarse por alto. En países como Cuba o República Dominicana, el término “boniato” es el más común, mientras que en Argentina, Uruguay y partes de Chile se prefiere “batata”. En España, ambos términos coexisten, aunque “boniato” se asocia más con la variedad blanca y “batata” con la anaranjada. Esta diversidad terminológica refleja la riqueza cultural de los países hispanohablantes y la evolución histórica de los cultivos en cada región