Crean el primer diamante meteorítico y resulta ser un 50% más duro que los de la Tierra
Para obtenerlo, en el laboratorio se han aplicado presiones de aproximadamente 200.000 atmósferas y temperaturas superiores a 1400 °C.
Desde siempre se ha dicho que la sustancia natural más dura de la Tierra es el diamante. Y es verdad. Sin embargo, fuera de nuestro planeta puede haber un material mucho más duro que el diamante.
En la década de 1960, los científicos plantearon la hipótesis de que en los fragmentos del meteorito Canyon Diablo, que cayó en Arizona hace unos 50.000 años, podía existir una estructura ligeramente diferente a la diamante que multiplicaría la dureza del material.
Ahora, inspirados en el mencionado meteorito, un equipo de científicos dirigido por Wenge Yang, del Centro de Investigación Avanzada en Ciencia y Tecnología de Altas Presiones de Pekín (China), ha recreado en el laboratorio las condiciones extremas del impacto cósmico para obtener un diamante meteorítico.
Tal y como se explica en el estudio, que ha sido publicado en la revista Nature, los investigadores han recurrido a una técnica basada en altas presiones y temperaturas extremas para fabricar pequeños discos de ese diamante meteorítico.
El diamante clásico cuenta con estructura cristalina cúbica. Sin embargo, en los fragmentos del meteorito Canyon Diablo se descubrió una estructura hexagonal, que es la que se ha tratado de imitar en el laboratorio. Se estima que esa diferencia en la estructura daría como resultado una dureza adicional de hasta un 58% en el diamante meteorítico en comparación con el diamante clásico.
Para lograr esa estructura, los científicos han utilizado una célula con un yunque de diamante y grafito purificado como materia prima, y han aplicado presiones de aproximadamente 200.000 atmósferas y temperaturas superiores a 1400 °C.
Posteriormente, los análisis realizados han confirmado que el material obtenido contaba con la estructura hexagonal buscada. Aunque la muestra es parcialmente impura, se trata de un gran avance.
En ese sentido, Wenge Yang ha destacado que "nuestro objetivo es obtener muestras de diamante hexagonal de alta calidad y de tamaño suficiente para aplicaciones reales. De este modo, podremos adaptar las propiedades del material a usos específicos y abrirle el camino hacia la industria moderna".