Despiden a un obrero por usar las bajas de paternidad para ejercer de barbero, activa un contraataque pero la ley no se corta ni un pelo con él
La empresa realizó una investigación interna y las conclusiones fueron demoledoras.

El titular -"La ley no se corta ni un pelo con él”- resume con ironía un caso que ha sacudido a la provincia italiana de Módena: un operario industrial que, en lugar de utilizar sus permisos laborales para cuidar de su salud o de su hija recién nacida, los aprovechaba para ejercer como barbero en su propio negocio. Creyó haber encontrado la forma perfecta de combinar dos vidas laborales, pero la maniobra terminó en despido y en una derrota judicial contundente.
De la fábrica al sillón de barbero (sin avisar)
Un contrato indefinido y un proyecto paralelo que se fue de las manos. El trabajador -empleado por la empresa Seft en San Felice sul Panaro con contrato indefinido- llevaba una doble vida profesional. Mientras su contrato le obligaba a estar disponible para la fábrica, él había optado por abrir su propia barbería en 2023 en la misma provincia.
Según los documentos judiciales, esa aventura emprendedora no habría sido un problema… si no fuera porque el hombre utilizó reiteradamente permisos médicos, bajas por paternidad y hasta turnos de guardia para dedicarse a cortar el pelo, afeitar y atender a su clientela como si nada.
Al parecer, su estado de salud era impecable y las tareas domésticas o el cuidado familiar, inexistentes durante esas ausencias. En cambio, las tijeras no paraban.
La empresa sospecha… y decide investigar
Las alarmas sonaron tras varias denuncias internas y avisos informales. ¿Cómo era posible que un trabajador supuestamente enfermo estuviera tantas horas fuera de casa y sin necesidad de reposo?
La dirección de Seft recurrió entonces a una agencia de investigación privada, una medida permitida por la ley italiana siempre que se trate de verificar si el empleado está violando obligaciones contractuales fuera del lugar de trabajo.
Las pruebas fueron demoledoras:
- El operario acudía a la barbería durante sus bajas
- Atendía a clientes en horarios laborales
- Continuaba trabajando incluso cuando debía estar de guardia para la fábrica
El engaño había quedado documentado de forma irrefutable.
El despido llega… y él contraataca
Tras las investigaciones, Seft decidió despedirlo por causa justificada. El trabajador no se dio por vencido: presentó una demanda contra la empresa, alegando que el cese era abusivo y solicitando su readmisión.
Sin embargo, la jugada se volvió en su contra. El juez Vincenzo Conte, del Tribunal de Módena, no solo validó plenamente el despido, sino que condenó al demandante a abonar unos 2.000 € en costas.
En la sentencia se detalla que el empleado incumplió de manera grave y reiterada su contrato y que utilizó los permisos laborales de forma “claramente fraudulenta”.
El fallo pone el foco en un punto fundamental: el contrato regulaba estrictamente que el trabajador no podía prestar servicios para otra empresa ni desarrollar actividades remuneradas, salvo si existía una suspensión del empleo sin indemnización.
Pero no era el caso. Aquí, además, se sumaban dos agravantes:
- Abuso de las licencias parentales que están diseñadas para el cuidado de hijos y no para generar ingresos adicionales
- Uso indebido de bajas médicas una conducta que la justicia italiana considera especialmente grave por dañar la confianza en la relación laboral
Para el juez, las pruebas demostraban persistencia en la infracción, no un hecho aislado ni un malentendido puntual.
El tribunal concluye que la decisión de Seft fue proporcionada y adecuada al resultado de la investigación interna. No hubo dudas ni matices: el intento de compatibilizar dos trabajos a costa del sistema de permisos no puede quedar impune. Ese mensaje es precisamente el que subraya el asunto: la ley protege a los trabajadores, sí, pero no a quienes se aprovechan de esa protección para obtener beneficios indebidos.
Moral para otros “emprendedores” ocultos
Una barbería puede ser un sueño profesional… pero abrirla no otorga licencia para engañar al empleador. Ni la paternidad ni la enfermedad son excusas para evadir obligaciones contractuales mientras suenan las tijeras.
La justicia lo ha dejado claro: este barbero tardío se pasó de listo, y ahora deberá asumir el coste de una doble vida laboral que, finalmente, quedó al descubierto.
