Dos estudiantes descubren una laguna en las devoluciones por trenes atrasados y amasan casi 180.000 euros
Lograron cometer sus fechorías durante dos años sin levantar sospechas.
Todo comenzó como una simple curiosidad tecnológica, pero acabó siendo un elaborado fraude ferroviario. Dos estudiantes chinos, de 26 y 25 años, que compartían apartamento en Leeds, al norte de Inglaterra, amasaron cerca de 157.000 libras esterlinas (unos 180.000 euros) explotando una vulnerabilidad en el sistema británico de reembolsos por retrasos de trenes desde 2021.
Indagando un poco, los jóvenes descubrieron que no existía un control automático que verificara si un billete ya había sido reembolsado, lo que les permitió cobrar dos veces por un mismo trayecto, informó The Telegraph el 22 de octubre. El proceso era sencillo pero eficaz: primero pedían la devolución del billete alegando que ya no deseaban viajar y, posteriormente, solicitaban una compensación económica por el supuesto retraso del tren correspondiente a ese mismo billete.
Para no ser detectados, crearon una red de 16 identidades falsas y abrieron múltiples cuentas bancarias con el fin de dispersar los ingresos fraudulentos. Durante dos años, los estudiantes lograron operar sin levantar sospechas. Pero, finalmente, la Policía de Transporte Británica detectó un patrón de reembolsos inusuales vinculados a direcciones IP similares.
La magnitud del engaño sorprendió incluso a los investigadores. Uno de los implicados había acumulado 141.031 libras (unos 160.300 euros), mientras que su compañero se había embolsado 15.712 libras (alrededor de 17.850 euros).
Tras ser arrestados, ambos comparecieron ante el tribunal de Leeds, donde se declararon culpables de conspiración para defraudar y posesión de bienes de origen delictivo. El primero fue condenado a 30 meses de prisión, mientras que el segundo recibió una pena de 17 semanas de cárcel.
El caso puso en evidencia un grave fallo en el sistema de compensaciones británico, que permite a los usuarios reclamar devoluciones por retrasos o cancelaciones sin un control cruzado efectivo sobre el uso previo del billete. Las empresas ferroviarias ofrecen estos reembolsos de forma digital, con la intención de facilitar las reclamaciones a los pasajeros, pero esa misma automatización abrió la puerta a los fraudes.
¿Cómo funcionan las compensaciones en España?
En España, Renfe establece un sistema de indemnizaciones basado en el tiempo de retraso y el tipo de servicio contratado. En los servicios comerciales, que incluyen el AVE, Avlo, Alvia, Euromed, Intercity y Larga Distancia, los viajeros tienen derecho a recibir:
- El 50% del importe del billete si el tren llega con un retraso igual o superior a 60 minutos.
- El 100% del importe si el retraso supera los 90 minutos.
En el AVE Internacional que conecta España y Francia, las condiciones son algo más complejas. En el recorrido español se mantienen los porcentajes, mientras que en el tramo francés la devolución varía entre el 25% y el 75% según la duración del retraso.
El plazo para solicitar la indemnización es de hasta tres meses desde la fecha del viaje, aunque solo puede realizarse 24 horas después de la llegada del tren. Además, Renfe ofrece distintas modalidades de devolución: en la misma forma de pago, en código de descuento o en Puntos Renfe. Asimismo, permite realizar la gestión a través de su web, en puntos de venta o en agencias de viajes autorizadas.
Por otra parte, la compañía mantiene controles internos con el fin de evitar duplicidades como las detectadas en Reino Unido. Cada billete cuenta con un código único que impide reclamar dos veces por el mismo trayecto, incluso si se realiza desde diferentes cuentas o dispositivos.
Consecuencias legales de una reclamación falsa
Aunque un fraude como el de los estudiantes chinos sería difícil de replicar en España, las reclamaciones falsas o abusivas pueden tener consecuencias legales.
De acuerdo con el artículo 456 del Código Penal, una denuncia falsa, es decir, atribuir falsamente un delito a otra persona, puede castigarse con penas de seis meses a dos años de prisión y multas de hasta 24 meses. Esto podría producirse en caso de una acusación falsa sobre una hipotética negativa de Renfe a reembolsar un billete cumpléndose los requisitos para ello.
Si no implican la imputación de un delito a otra persona, pueden derivar en sanciones económicas por parte de la empresa. Pero, si se demuestra la intención de defraudar o estafar, el acto podría considerarse un delito de estafa, con penas que oscilan entre seis meses y tres años de cárcel, según la cuantía del fraude.