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El diminuto insecto entre pulga y chinche capaz de doblar los decibelios máximos permitidos por la policía

El diminuto insecto entre pulga y chinche capaz de doblar los decibelios máximos permitidos por la policía

Pese a medir poco más de 2 milímetros es el animal más ruidoso del mundo.

Notonecte (Notonecta Viridis), Heteroptera, Corixidae.Gamma-Rapho via Getty Images

Cuando se habla del animal más ruidoso del mundo, pueden venir a la cabeza el rugido del león, el canto de la ballena azul o el estruendo de los elefantes. Sin embargo, el título pertenece a un inesperado maestro de la estridulación: el diminuto barquero acuático, conocido científicamente como Micronecta scholtzi.

Este insecto acuático mide poco más de 2 milímetros, pero no deja que su tamaño limite su volumen. En lugar de usar su boca para producir sonido, el barquero utiliza una técnica llamada "estridulación", que consiste en frotar partes de su cuerpo. Lo inusual es que, según explica el granjero John Lewis-Stempel a The Today Programme, lo hace frotando su pene contra una parte de su cuerpo como si fuera el arco de un violín.

Este peculiar talento fue presentado al mundo en 2011 durante la Conferencia Anual de la Sociedad de Biología Experimental, y los investigadores quedaron fascinados por la potencia de su actuación sonora. El barquero acuático puede producir un sonido de hasta 99,2 decibelios, comparable al ruido de un avión en pleno vuelo

Un concierto acuático que llega a la superficie

Con una frecuencia de 10 kHz, este sonido, cuyo único propósito es atraer parejas, es perfectamente audible para el oído humano, incluso cuando el insecto se encuentra en su hábitat natural bajo el agua. 

"Sorprendentemente, aunque el 99% del sonido se pierde cuando se transfiere del agua al aire, el canto es tan fuerte que una persona que camina por la orilla puede realmente escuchar a estas pequeñas criaturas cantando desde el fondo del río", explica en un comunicado James Windmill, de la Universidad de Strathclyde.

Esto es especialmente asombroso, señala el experto, si se tiene en cuenta en cuenta que el área utilizada para producir este sonido es diminuta, aproximadamente del ancho de un cabello humano: "Realmente no sabemos cómo producen un sonido tan fuerte utilizando un área tan pequeña".

Implicaciones más allá del ruido

Aunque una "orquesta" de barqueros acuáticos puede no generar olas en el mundo musical, su capacidad para producir tal ruido en un espacio tan reducido tiene un gran potencial tecnológico. La biomimética, que se inspira en la naturaleza para desarrollar nuevas tecnologías, podría beneficiarse de estos hallazgos.

"Desde el punto de vista biológico, este trabajo podría ser útil para la conservación, ya que las grabaciones de los sonidos de los insectos podrían utilizarse para controlar la biodiversidad. Desde el punto de vista de la ingeniería, podría utilizarse para informar nuestro trabajo en acústica, como en los sistemas de sonar", asegura Windmill.