El estudiante de genealogía que resolvió como pasatiempo el caso de asesinato de una niña de 9 años
"Este trabajo fue probablemente la investigación genealógica más desafiante en la que he estado involucrado. Fue la tarea más difícil de mi vida", afirma el joven.

Un crimen que conmocionó a la comunidad de Hazleton, Pensilvania, en 1964, fue finalmente resuelto casi seis décadas después, gracias a los avances en la tecnología de ADN y la colaboración de un joven experto en genealogía genética.
Marise Ann Chiverella, de solo 9 años, fue secuestrada el 18 de marzo de 1964 mientras caminaba hacia la escuela. Su cuerpo fue encontrado ese mismo día en un pozo de carbón residual, después de haber sido violada y estrangulada.
A pesar de que más de 230 miembros de la policía estatal participaron en la investigación a lo largo de los años, el responsable del crimen permaneció sin ser identificado. Sin embargo, en 2020, la tecnología de genealogía genética permitió rastrear una conexión familiar lejana, lo que llevó a la identificación del asesino: James Paul Forte, un cantinero con antecedentes de agresión sexual violenta que falleció en 1980, a la edad de 38 años, por causas naturales.
Forte, que tenía 22 años cuando cometió el crimen, no tenía ninguna conexión conocida con la familia de Marise. El caso permaneció abierto durante casi 60 años, hasta que en 2020, se descubrió que su ADN coincidía con el que quedó en el abrigo de la niña.
Eric Schubert logró lo que parecía imposible
Eric Schubert, un joven de 20 años y estudiante universitario especializado en genealogía genética, se ofreció voluntariamente para colaborar en la investigación del caso. Utilizando sus habilidades, elaboró un extenso árbol genealógico que ayudó a la policía a reducir el número de sospechosos.
Schubert, quien estudiaba historia en el Elizabethtown College de Pensilvania y dirige su propia empresa, ES Genealogy, ya había trabajado con otras fuerzas policiales aplicando la genealogía genética, un método que combina pruebas de ADN con la investigación genealógica convencional.
El joven se ofreció para trabajar en el caso después de leer sobre la tragedia de Marise, y la Policía Estatal de Pensilvania aceptó su propuesta. Durante los siguientes dos años, Schubert dedicó su tiempo a seguir las pistas, ayudando a resolver un crimen que había permanecido sin respuesta durante casi seis décadas.
"Este trabajo fue probablemente la investigación genealógica más desafiante en la que he estado involucrado. Fue la tarea más difícil de mi vida", comentó Schubert en una rueda de prensa. "Y significa mucho para mí que pude estar en el equipo que podría brindar respuestas a la familia Chiverella", añadió.
En ese mismo evento, Schubert confesó que siempre tuvo la certeza de que encontrarían al responsable. La rueda de prensa también estuvo marcada por la presencia de policías activos y retirados que habían trabajado en el caso, incluido el agente estatal que había investigado el asesinato inicialmente. Los cuatro hermanos de Marise también estuvieron presentes.
Agradecimiento de la familia
"Tenemos tantos recuerdos preciosos de Marise. Al mismo tiempo, nuestra familia siempre sentirá el vacío y la tristeza de su ausencia. Nos seguiremos preguntando, ¿qué hubiera sido de ella?", dijo su hermana Carmen Marie Radtke. Pese a la tristeza, se mostró muy agradecida: "Gracias a la Policía Estatal de Pensilvania, hoy se ha hecho justicia".
El comandante Mark Baron, investigador principal, destacó que este es el caso sin resolver más antiguo que se ha cerrado en Pensilvania gracias a la genealogía genética, y el cuarto más antiguo del país. Baron recordó cómo este caso marcó un punto de inflexión en la comunidad local, un hecho que cambió la vida de Hazleton para siempre.
"Es un recuerdo vívido para todos los que vivieron esto, y es un recuerdo vívido para todos los que crecieron en esta área. Lo que le sucedió marcó el comienzo de un cambio en esta comunidad. Te guste o no, la forma en que se vivía en Hazleton cambió después del 18 de marzo de 1964", expresó.
