El motivo por el que cada vez se ven más a los "diablos marinos del Mediterráneo": "Es muy mala señal cuando se acercan"
El entusiasmo de los bañistas que se topan con ellos contrata con la preocupación y desconcierto de los expertos.
Las rayas mobula fascinan a quienes se topan con ellas gracias a sus ágiles movimientos pese a que puede llegar a pesar 350 kilos. Varios de estos ejemplares, conocidos también como "los diablos marinos del Mediterráneo", se han dejado ver este año cerca de la orlla.
En la primera mitad del año, España, Italia y Francia reportaron cerca de 40 casos de varamientos de esta especie. En nuestro país se registraron alrededor de 20, localizados en diversas playas de Cataluña, la Comunidad Valenciana, Andalucía y Baleares.
En las últimas semanas, también se han dejado ver cerca de las costas de Béziers, Marseillan, Agde y Sète, lugares donde su presencia es normalmente rara. "Fue un momento mágico", comenta entusiasmado un joven turista a TF1 Info. "Vi dos pequeñas aletas y me dije: '¡No es posible, es una raya!'", relata otra visitante.
Su presencia es "extremadamente preocupante"
Sin embargo, frente a la euforia de los bañistas, se encuentra la preocupación y desconcierto de los expertos, no porque estas rayas sean un peligro, ya que son inofensivas para el ser humano, sino porque suelen habitar en aguas profundas, por encima de los 1.000 metros, y no tienen afinidad por la arena de las playas.
"No tienen cabida en nuestras playas, detestan la arena. Es una muy mala señal cuando las vemos acercarse", advierte Matthieu Lapinski, biólogo marino y presidente de la asociación Ailerons. La especie está al borde de la extinción, amenazada por la contaminación plástica y la pesca. Por ello, su inesperada proximidad a la costa este verano no solo es inusual, sino "extremadamente preocupante", concluye.
"Podemos imaginar que es la composición del plancton, que constituye la mayor parte de su dieta, la que ha cambiado", plantea Aurélien Guay, organizador de excursiones marinas. También sugiere que "las condiciones del viento en la pretemporada provocaron variaciones en la temperatura y la salinidad del agua" que podrían haberlas atraído.