Por favor, habilita JavaScript para ver los comentarios de Disqus.
El plan de los inquilinos que se hacen pasar por pareja para tener un alquiler: "Le tomas la mano a tu amigo durante la visita y funciona"

El plan de los inquilinos que se hacen pasar por pareja para tener un alquiler: "Le tomas la mano a tu amigo durante la visita y funciona"

"Claro que es mentira, pero no me siento estafada".

Pareja y agente inmobiliario examinan opciones de alquiler.Getty Images/Cavan Images RF

Frente a un mercado inmobiliario cada vez más exigente y excluyente, muchos inquilinos en Francia tienen que tirar de imaginación, y a veces mentir, para acceder a una vivienda digna. Historias como la de Anne, Thomas y Agathe (nombres cambiados para preservar el anonimato) ilustran cómo la escasez de ofertas y las duras condiciones impuestas por los propietarios llevan a algunas personas a fingir relaciones sentimentales o convivencias que no existen realmente.

"Firmé el contrato de arrendamiento con mi expareja después de separarnos", reconoce Anne, madre de dos hijos, a Le Figaro. Tras la ruptura, su ex se quedó en el antiguo domicilio y ella tuvo que buscar una nueva vivienda. Con unos ingresos netos de 3.580 euros y dos menores a su cargo, temía acabar en un pequeño estudio. 

Para superar los filtros de las agencias inmobiliarias, su expareja accedió a presentarse como si aún vivieran juntos. "Claro que es mentira, no me siento estafada", afirma. Gracias a este montaje, Anne logró alquilar un piso de 69 m² por 1.900 euros al mes en París, aunque todavía figura el nombre de su expareja en el buzón.

La táctica no es aislada. Thomas, por ejemplo, ayudó a su pareja, con quien no convive, a alquilar un apartamento en Niza, donde la presión del mercado es altísima. A pesar de contar con avalistas solventes, ella no lograba ni siquiera visitar un piso. 

Thomas accedió a fingir que iba a vivir con ella, aportando sus documentos fiscales para reforzar la solicitud. "Hice la misma trampa que cuando quise comprar mi apartamento. Me puse un traje y ofrecí pagar un mes de alquiler por adelantado", relata. Aunque nunca vivió allí, su nombre figura en el contrato. "Si un empleado mío necesitara que hiciera lo mismo mañana, lo haría sin dudar", asegura.

Agathe, por su parte, simuló ser pareja de su mejor amiga para poder compartir piso en Rennes. Tras dos meses de negativas, cambiaron de táctica y en solo dos semanas lograron alquilar un amplio apartamento en el centro. "Desde el momento en que dijimos que éramos pareja, encontramos un piso", cuenta. 

¡Mantente al día con El Huffpost! Sigue todas las noticias desde tu móvil en nuestra APP. Puedes descargarla tanto para Android como iOS.