Estos bienes estaban en un almacén y entre ellos hay obras de Chillida, Tàpies, Barceló o el Equipo Crónica, en posesión del presunto cabecilla de la trama.
La artista danesa pintó todos los trabajos domésticos realizados por jóvenes, madres y abuelas de su entorno. Las convirtió en protagonistas absolutas de sus obras.