Encuentran el letrero de un refugio de montaña a cientos de kilómetros en el mar: no hay certezas, pero sí muchas hipótesis
"Es posible que acabara en el río después de una tormenta. Verlo fue una gran sorpresa", señaló uno de los gestores de las instalaciones.
El cartel de un refugio de montaña del Tirol del Sur (Italia) se ha hecho viral después de recorrer cientos de kilómetros de distancia y aparecer en Rosolina (Mare), cerca de la desembocadura del Adige, según pudieron afirmar los gestores de la malga a il Dolomiti.
Una de las teorías que mayor peso tiene es que el cartel viajase cientos de kilómetros de arroyo en arroyo hasta el río, tras una fuerte tormenta que tuvo lugar a finales de julio. La mujer que halló el cartel, Angélica Ricchi, compartió la imagen del momento en el que lo encontró en las redes sociales, donde la publicación se volvió viral entre los usuarios.
"Durante uno de mis largos y tranquilos paseos junto al mar con mi madre, mientras charlabamos de esto y aquello, vimos un trozo de tabla flotando con un cartel. Lo sacamos del agua inmediatamente y ahí empezó todo. Le sacamos una foto e investigamos mucho en Facebook, Instagram y Google. Al publicarla, llegamos a la conclusión de que había viajado kilómetros, llegando cerca de la desembocadura del río Adigio, en Rosolino Mare", detalló en dos idiomas en el post.
Y es que, tal y como explica la misma, el cartel hizo un recorrido mínimo de 200 kilómetros desde el lugar de origen hasta donde fue encontrado. "Algunas estructuras de la zona sufrieron daños", señaló por su parte Dagmar Falkensteiner a una publicación local, quien gestiona las instalaciones durante el verano, "por lo que es posible que el letrero se cayera en ese momento. Nos sorprendió ver la foto, pero no sabemos exactamente dónde podría haber estado ese letrero en particular".
"Nos reímos cuando vimos el nombre de nuestro refugio de montaña allí, en el agua del mar, pero es bonito ver en este descubrimiento una especie de conexión entre dos entornos tan diferentes", agregó Falkensteiner. Ahora, la mujer se encarga de custodiarlo, aunque se espera que pronto regrese a su lugar originario.