Expertos en genética son claros sobre el gran precio que pagaron nuestros antepasados para que tengamos una inteligencia superior
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Expertos en genética son claros sobre el gran precio que pagaron nuestros antepasados para que tengamos una inteligencia superior

El gran cambio sucedió hace 60.000 años, en el momento del gran éxodo del Homo sapiens de África. 

EvoluciónGetty Images

Gracias a la genética y a través del ADN se puede conocer cómo funcionaban antiguamente los hemisferios cerebrales de los pueblos antiguos, así como los nuestros. Una de las técnicas más utilizadas en este sentido es el estudio de asociación del genoma completo (GWAS) el cual puede ayudarnos a conocer los genomas de decenas de miles de personas y ver qué variaciones genéticas se pueden asociar con algunos rasgos, como por ejemplo una alta inteligencia o la predisposición a enfermedades. 

Además, gracias a este método, también se puede conocer el momento en el que aparecieron estas mutaciones en la población humana, lo que ayuda a comprenderlas mejor. Uno de los investigadores que ha aplicado este mecanismo ha sido Ilan Libedinski, del Centro de Neurogenómica e Investigación Cognitiva, el cual ha combinado dos métodos por primera vez en la historia hasta dar con lo que han denominado como una "máquina del tiempo", que nos ayudará a construir la cronología de nuestra evolución genética. 

Y es que, el equipo dirigido por Libedinski, que ha combinado 33.000 variantes genéticas relacionadas con la estructura cerebral, las capacidades cognitivas y los trastornos mentales, ha llegado a la conclusión de que las mutaciones en el ADN asociadas con una gran inteligencia han ido acompañadas de los trastornos mentales. Dicho con otras palabras, tras la llegada de los genes de la inteligencia, le siguieron mutaciones asociadas con trastornos mentales. 

"Por ejemplo, hace unos 300.000 años, se formó en los humanos un grupo de genes que influyó en la forma de la corteza cerebral, el centro de actividad nerviosa superior. Y casi de inmediato, la lista de enfermedades mentales se amplió", explican desde ve. "Primero hay que volverse inteligente y aprender a hablar, antes de que aparezcan los trastornos mentales de estas capacidades", señaló por su parte el autor principal del estudio. 

Por otra parte, ante la pregunta de por qué la selección natural no ha terminado con este tipo de variación genética, la respuesta es sencilla y se encuentra en el concepto de compensaciones evolutivas. Es decir, trastornos como la ansiedad, que no son letales, podrían haber ayudado a que el hombre antiguo fuese más precavido, mientras que la esquizofrenia podría haber favorecido la creatividad.

De hecho, esta teoría se encuentra respaldada por la gran mayoría de psiquiatras, pues tal y como ha analizado la investigación, las personas creativas y sus familiares tienen una mayor probabilidad de tener marcadores genéticos asociados con la esquizofrenia o el trastorno bipolar.

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