Fui el mandamás en Ikea y viajé por el mundo: ahora trabajo como taxista nocturno por mi hija
Defiende que aunque gana menos, "el tiempo no tiene precio".

Un hombre de 51 años se ha vuelto viral después de cambiar de trabajo de un día para otro, pasando de tener un alto cargo en Ikea a trabajar como taxista, donde aunque gana menos dinero, disfruta de mucho más tiempo. "El tiempo no tiene precio", asegura el taxista al periódico milano.corriere.it.
"Vivía a mil por hora y necesitaba bajar el ritmo. Los ingleses lo llaman downshifting. Estaba perdiendo a mi esposa y a mi hija, quería recuperar el tiempo perdido con ellas. Y escribir, mi gran pasión", asegura el hombre, quien trabajó también como periodista, empresario y experto en marketing.
"Me licencié en Derecho en la Universidad Católica, empecé a trabajar como redactor en el Independiente, fueron los años en que colaboraron Travaglio y Massimo Fini, con Milo Infante me encargué de la página de motores. Luego, tras una oferta de trabajo, me convertí en coordinador de marketing de Ikea, sector de diseño y automoción. Hice carrera, inventé una aplicación que permitía comprender automáticamente si el modelo del coche permitía transportar el volumen del paquete o si, por ejemplo, era necesario abatir los asientos. Buen sueldo. En 2016 me enviaron a Suecia", relata el taxista.
Sin embargo, a pesar de que el hombre estaba gran parte del tiempo viajando, algo que muchos desearían, afirma que esto sería algo positivo, "sólo si lo haces menos del 50% de tu tiempo". "Al principio es divertido, luego resulta alienante. Mi matrimonio estaba a punto de desmoronarse, me perdí los años de crecimiento de mi hija. El proyecto debía durar dos años, pero terminó durando más de cinco", lamenta.
De este modo, pronto se dio cuenta de que debía cambiar de trabajo. "Un día, durante otra reunión, tuve una crisis nerviosa. Entendí que quería, tenía que volver a Milán. Y trabajar para vivir, no al revés", asegura el hombre, que afirma que después de aquel momento dejó todo y comenzó su oficio como taxista.
Aunque su nuevo trabajo también tiene algunos inconvenientes, como el riesgo de robos o la gente maleducada, asegura que está convencido de su elección. "Veo crecer a mi hija, mi esposa está orgullosa de mí. El sueldo ya no es el de antes, pero nunca pensé que fuera un descenso", concluye.