Curiosa sentencia judicial en Portugal. En el año 2020, un hombre alquiló un piso de dos habitaciones en la villa portuguesa de Ponte de Lima. El contrato tenía una duración de tres años y el coste del alquiler era de 400 euros mensuales.

Desde noviembre de 2021, el inquilino puso en conocimiento del propietario que en la vivienda había humedad, moho e incluso una inundación en el dormitorio. Sin embargo, el arrendador no cumplió con su obligación de hacer las reparaciones oportunas.

Ante esa situación, el arrendatario presentó una demanda ante el Juzgado Civil local solicitando que se exigiera al propietario de la vivienda "realizar las obras que sean adecuadas y necesarias para eliminar los defectos de la casa y que priven o disminuyan su pleno disfrute, para los fines a que está destinada".

Tal y como recoge el medio de comunicación portugués O Minho, el juez le ha dado la razón al arrendatario y ha condenado al propietario a pagarle 2.864 euros por daños patrimoniales y 5.000 euros por daños morales, más los intereses legales.

Y eso no es todo. En la sentencia también se ha obligado al arrendador a bajar el coste del alquiler mensual en 100 euros hasta que se lleven a cabo todas las obras necesarias para garantizar el pleno disfrute de la vivienda.

El propietario ha recurrido la decisión ante el Tribunal de Apelación de Guimarães, pero este, en una sentencia de este mes de abril, ha ratificado el fallo del juez de Lima. "El propietario tiene la obligación de asegurar al inquilino el disfrute del inmueble arrendado, para los fines a que está destinado y, por tanto, debe realizar obras de conservación y reparación en el inmueble arrendado si resultan necesarias para tal fin", han argumentado los jueces de apelación.

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