La ambiciosa pista de esquí española que iba a ser la envidia de Europa termina abandonada
El éxito no ha estado de su lado.
Hay algunas pistas de esquí que han sufrido de primera mano las consecuencias del cambio climático estos últimos años. De hecho, estos últimos meses muchas siguen cerradas debido a la falta de nieve que debería ser habitual durante el invierno.
Por suerte, un total de 19 estaciones seguirán abiertas, al menos, durante este último fin de semana de febrero.
El espesor de la nieve en las estaciones de esquí españolas se encontrará en los 25 centímetros como mínimo en la estación de Tavascán y la máxima se alcanzará en algunos lugares como Baqueira Beret, con 95 centímetros.
En el Pirineo catalán, Baqueira Beret, Boi Taull, Espot, La Molina, Masella, Port Ainé, Tavascán Vall de Núria y Vallter 2000 permanecerán abiertas, junto a la estación nórdica de Lles. Baqueira será la estación con más pistas abiertas, 70 en total, y con más kilómetros esquiables, 106. Por el contrario, la que tendrá menos kilómetros disponibles y pistas abiertas es Tavascán, donde solo hay 3 y 3, respectivamente.
Pero una de las pistas que pretendía asombrar a Europa, la de Vall Fosca, en Lleida, ha quedado abandonada. Parecía ser un referente invernal, pero las iniciativas han terminado viniéndose abajo.
La pista no llegó a completarse por completo, sus infraestructuras siguen inacabadas y el proyecto nunca logró arrancar como se había ideado.
De hecho, su creación fue para ser pieza importante del circuito de esquí europeo, pero los problemas financieros y burocráticos terminaron por acabar con dicho objetivo.