La cebolla catalana se suma a la innovación culinaria y la han metido dentro de un pez japonés
Más allá de su versión original, muchos chefs se lanzan a experimentar con sus posibilidades culinarias.

El calçot es uno de los platos estrella de la gastronomía catalana a finales de invierno. Entre enero y marzo, familias y amigos se congregan en torno a las brasas para cocinar estas cebollas tiernas y alargadas, especialmente en la provincia de Tarragona.
Según publica el medio El Debate, "la calçotada tradicional" viene regada por una salsa que es prima hermana del romesco y suele disfrutarse acompañada de carne a la brasa, alioli y crema catalana, "amén al porrón de vino o la botella de cava para ayudar a empujar buche abajo toda la ingesta". Sin embargo, desde hace un tiempo, "no son pocos los chefs que se han lanzado a experimentar con las posibilidades culinarias del calçot".
Es el caso de la pastelería japonesa Zandaka, en la localidad de Gáva, en Barcelona. En este local ofrecen taiyakis, unos pasteles nipones con una masa similar a la de los gofres, pero que tienen forma de pez y que ofrecen con rellenos diversos. Su última creación: un calçot con romesco.
"Disfruta de la combinación perfecta entre la suavidad de la masa del taiyaki, el dulzor ahumado de los calçots asados y el toque vibrante de la salsa romesco", invitan desde sus propias redes sociales. De hecho, el postre se ha hecho viral en redes sociales.
