La ciudad cercana a España en la que está prohibido caminar con chanclas ruidosas
Se debe evitar cualquier tipo de “zapato ruidoso”.
Desde mascar chicle en Singapur hasta prohibir bañarse de noche en Grecia, el mundo está lleno de leyes tan peculiares que parecen salidas de una comedia. Normas que alguna vez tuvieron un sentido práctico, como proteger la limpieza, mantener la calma o preservar tradiciones, que hoy sobreviven como curiosidades culturales. En esta colección de extravagancias legales destaca un destino muy cercano a España.
La pintoresca isla de Capri, ubicada en el golfo de Nápoles, ha añadido un toque de disciplina a su idílico escenario vacacional: pasear por sus calles con chanclas está formalmente prohibido. Desde hace décadas la isla mantiene una ordenanza que prohíbe caminar por el centro histórico con “zapatos ruidosos”, entre los que se incluyen sandalias o chanclas que hacen ese sonoro ‘clac-clac’ al andar.
La ley, promulgada en la década de 1960, tiene como objetivo de preservar la tranquilidad y el carácter relajado del lugar. Según recoge Explore, la normativa llegó en un momento en que la mayoría de los turistas usaban alpargatas de madera o zuecos del mismo material. Este tipo de calzado hacía tanto ruido sobre los adoquines del centro histórico que los residentes decidieron intervenir.
Preservar el silencio
Los adoquines y callejones estrechos de Capri concentran el paso de decenas de miles de turistas cada temporada. La vibración sonora producida por calzados poco apropiados no solo afecta a la comodidad de los residentes, sino que también altera el “silencio de fondo” que muchos visitantes buscan en un destino de descanso. Este es otro factor que parece haber motivado la instauración de la medida.
Aunque la regla se ha divulgado como una “prohibición de chanclas”, varios investigadores matizan que, en la práctica, la mayoría de los casos de sanción o intervención giran en torno a calzados excesivamente ruidosos, y no tanto a las típicas chanclas de goma. La normativa puede entenderse como parte de un conjunto mayor de ordenanzas en Italia que regulan la conducta turística y buscan armonizar la convivencia entre visitantes y residentes locales.
Según recoge Euroconference News, una pareja llegó a ser arrestada por usar chanclas “demasiado ruidosas” y, por ende, incumplir esta norma. Aun así, pasear con sandalias “normales” no parece suponer una sanción automática ya que varios turistas afirman haberlas usado sin problemas y sin intervención alguna de las autoridades. No obstante, en términos generales se recomienda evitar calzados que hagan mucho ruido al andar.