Le dieron 3 horas de vida y ahora con 18 años dirige una empresa multimillonaria: "Juegos como League of Legends me salvaron"
“La vida puede ser complicada”.
Zhenghua Yang tenía solo 18 años cuando, en 2008, una simple hemorragia nasal derivó en una emergencia médica extrema. Los médicos le diagnosticaron trombocitopenia, una grave deficiencia de plaquetas, y llegaron a decirle que le quedaban apenas tres horas de vida. Hoy, más de una década después, Yang dirige una empresa de videojuegos que genera millones de euros al año.
Según recogen medios como Focus Yang pasó más de dos años entrando y saliendo del hospital. Postrado en una cama, con largos periodos de incertidumbre y aislamiento, encontró un apoyo en los videojuegos. Títulos como League of Legends, Minecraft o World of Warcraft le ayudaron a sobrellevar el dolor físico y la carga emocional de una enfermedad que amenazaba con arrebatárselo todo.
“Los juegos como League of Legends no se crearon para ayudarme, pero al final, básicamente me salvaron la vida”, confesó Yang en una entrevista con Fortune. Para él, jugar no era solo una distracción, era una forma de sentirse conectado, de mantener la mente activa y de encontrar un propósito en medio del caos.
De paciente a emprendedor
Tras superar la enfermedad, Yang retomó sus estudios y se trasladó a la Universidad de Colorado, donde cursó administración de empresas. Fue entonces cuando decidió transformar su experiencia personal en un proyecto profesional. Con apenas 1.000 dólares de capital inicial, fundó en 2014 Serenity Forge, un estudio de desarrollo de videojuegos centrado en crear experiencias emocionalmente profundas.
La filosofía de la empresa es crear "experiencias significativas y emocionalmente impactantes que desafían tu forma de pensar”. Bajo esa premisa, Serenity Forge ha publicado cerca de 70 títulos y cuenta actualmente con más de 40 empleados. Uno de sus mayores éxitos, Doki Doki Literature Club, ha superado los 30 millones de descargas en todo el mundo.
Los ingresos anuales de la compañía se sitúan entre los 10 y los 15 millones de dólares, lo que convierte a Yang en un referente del emprendimiento en la industria del videojuego. Sin embargo, para él, el beneficio económico no es el objetivo principal.
El impacto por encima del dinero
Inspirado por una cita del cofundador de Whole Foods, John Mackey, Yang defiende que una empresa necesita beneficios para sobrevivir, pero no debe vivir únicamente para generarlos. Por ese motivo, Serenity Forge ha rechazado proyectos con un enorme potencial financiero que no encajaban con su visión creativa y ética.
“Nos han presentado juegos que podrían habernos generado decenas de millones, pero no eran juegos de Serenity Forge”, explica. Su mayor recompensa llega cuando jugadores se acercan a él para contarle cómo sus obras les han ayudado a salir de situaciones difíciles, relaciones abusivas o momentos de profunda soledad.