La escasez de personal en el sector gastronómico de Austria sigue preocupando a los empresarios. En Pinsdorf, una localidad de 4.000 habitantes cerca del lago Traunsee, en Salzkammergut, a Christine Engl-Grafinger, de 46 años, le resulta muy complicado mantener en marcha su hotel, el Dorfhotel, debido a este problema.

"He estado buscando un cocinero durante tres años, no puedo encontrarlo", lamenta en una entrevista con el diario Heute. Desde el verano de 2023, su hotel ofrece alojamiento en 24 habitaciones y opera con una estructura mínima: tres camareras de piso y una ayudante de cocina que está cerca de jubilarse.

La situación le ha obligado a reducir drásticamente los horarios de su restaurante. "Triste pero cierto: la cocina está casi cerrada en este momento", lamenta. Actualmente, el establecimiento solo abre por las tardes de miércoles a sábado. Los lunes, martes, y ahora también los domingos, permanece cerrado.

La explica que su madre, de 72 años, cocinaba hasta hace poco, pero por motivos de salud ha tenido que dejarlo. En un esfuerzo por atraer a un cocinero profesional, incluso ha ofrecido "una parte de las ventas de la cocina" como incentivo. Sin embargo, no ha logrado encontrar ningún candidato cualificado.

"Los cocineros escasean", asegura Engl-Grafinger, quien ha buscado sin éxito a través del AMS (el servicio de empleo austríaco). A menudo, quienes se postulan, "no tienen buen alemán", lo que complica la comunicación en una cocina profesional.

No obstante, la empresaria todavía confía en que algún profesional experimentado busque trabajo tras la temporada: "Mi esperanza es que un caballero o una dama mayor regrese y quiera trabajar para mí durante unos años más".

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