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María José, traductora y jubilada a los 67 años: "Me mudé de nuevo a España, ahora me quedan 1.187 euros al mes"

María José, traductora y jubilada a los 67 años: "Me mudé de nuevo a España, ahora me quedan 1.187 euros al mes"

Además de las ventajas económicas, asegura que ha ganado en bienestar.

Tres mujeres sentadas en la terraza de una cafetería, disfrutando de una reunión de amigas.
Tres mujeres sentadas en la terraza de una cafetería, disfrutando de una reunión de amigas.Getty Images

María José tiene 67 años y por fin ha encontrado la tranquilidad que ha buscando durante mucho tiempo. Vive en Alzira, una localidad valenciana rodeada de naranjos y montañas, donde disfruta de una jubilación que en los Países Bajos, dice, "habría sido casi imposible". Tras décadas trabajando como traductora e intérprete fuera de España, decidió volver a su país natal, movida por una sencilla pero poderosa razón: poder vivir con dignidad.

"En los Países Bajos, apenas podría vivir con esta pensión", explica en una entrevista con Margriet, en la que cuenta que la vida en ese país "se encareció enormemente". "No solo subieron los precios de la energía, sino también los de la comida y otros", precisa. 

Por ello, decidió regresar a España en busca del desahogo económico: "Justo antes de jubilarme, decidí poner mi piso en venta y comprar uno aquí en Alzira, el pueblo de donde es mi familia. Aquí puedo disfrutar de verdad sin tener que administrar cada euro al detalle".

A pesar de la subida de precios en España, la mujer asegura que el estilo de vida sigue siendo más económico: "Mis gastos fijos son mucho más bajos aquí que en los Países Bajos. Cuando vendí mi apartamento allí, obtuve una buena ganancia. Con ella pude comprar este apartamento en Alzira y hacer una reforma integral. Y aún así logré ahorrar bastante. En los Países Bajos, una casa como esta costaría al menos tres veces más".

Una vida más feliz

Más allá de la economía, María José también habla del bienestar que ha encontrado en su nuevo hogar: "Es más tranquilo, más sencillo y más acogedor". En este sentido, detalla que en Países bajos vivía en un apartamento sin balcón, mientras que ahora lo hace en un "luminoso apartamento a las afueras de la ciudad con un amplio balcón y vistas a la montaña". 

"Todas las mañanas voy andando a las tiendas a comprar verduras, fruta y pescado frescos. Como más sano, hago más ejercicio y me siento más feliz. Y sí, el clima también ayuda, por supuesto. Aquí casi siempre hace sol, lo que influye positivamente en el estado de ánimo", desarrolla.

La jubilada también disfruta del sistema sanitario español, aunque no sin dificultades: "Adaptarse a la sanidad pública fue un proceso largo, así que también contraté un seguro médico privado. Esto te permite ir a hospitales más lujosos y ser atendido mucho más rápido. La sanidad aquí es excelente, sobre todo en la región donde vivo. Mucho mejor que en los Países Bajos, en mi opinión".

En cambio, se muestra más crítica con la sanidad pública: "Hace poco tenía una consulta con el ginecólogo y tres días después pude ir al hospital. Fue un mundo nuevo para mí. Si solo tienes sanidad pública, es diferente. A veces la espera puede ser igual de larga que en los Países Bajos, o incluso más".

Sigue con su mentalidad ahorradora, pero disfrutando

Eso sí, incluso ahora, con una vida más holgada, mantiene el hábito del ahorro. "Intento ahorrar 1.000€ al mes. No porque tenga grandes planes, sino porque me da tranquilidad. Si mi salud se deteriora de repente, al menos puedo contratar la asistencia domiciliaria adecuada. Por desgracia, España no es barata en ese sentido. Mi colchón de 90.000€ me da mucha tranquilidad".

Aun así, se da sus caprichos, aprovechando la estabilidad económica que tiene y los precios, económicos desde su punto de vista, que ofrece España: "Viajo con frecuencia por España, por ejemplo a Granada, Murcia, Bilbao o Madrid. Valencia está cerca, así que voy allí varias veces al mes. Me encanta salir a comer. ¡Aquí, por 15€, puedes disfrutar de un menú de tres platos, vino incluido! Me parece increíble. También me gasto dinero en cosas bonitas como libros o ropa. Es genial poder hacerlo sin preocupaciones".

Así, cuando se le pregunta qué es lo que más valora de su nueva vida, no tiene ninguna duda: "La libertad. Ya no me siento presionada por el dinero ni por las obligaciones. Aquí se trata de disfrutar, no de sobrevivir. El sol, el mar y la gente: todo contribuye a una sensación de paz. Por fin siento que vivo de verdad, en lugar de simplemente sobrevivir. Eso no tiene precio".

A quienes sueñan con seguir sus pasos, les deja un consejo: "Atrévete a dar el paso, pero asegúrate de estar bien preparado. Busca una casa o apartamento y aprende el idioma. Para mí, esta ha sido la mejor decisión. Tengo paz, sol y una vida sencilla que me llena de satisfacción. Y quiero eso para todos".

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