Muy cerca de España los agricultores se ven obligados a destruir las sandías y melones de sus campos
El desplome de los precios, la sequía y el aumento de los costes de producción están haciendo inviable seguir con las cosechas.

Los precios se han desplomado tanto que a los agricultores ya no les merece la pensa si siquiera recoger esta fruta, es más, tampoco seguir cosechándola. Está ocurriendo en la región de Brindisi, en Italia, donde van a tener que tirar cosechas enteras de melones amarillos y las sandías. El precio se ha situado a unos pocos céntimos por kilogramo, lo que significa que continuar la cosecha representa más dificultades económicas, agravadas por la sequía y el aumento de los costes de producción.
Brindisi es una ciudad italiana portuaria, situada al sur del país, a orillas del mar Adriático, en la región meridional de Apulia (Puglia, en italiano), y, aparte de por la belleza de su costa, que atrae el turismo, es conocida por su agricultura, especialmente en la llanura de Brindisi, donde destacan la viticultura, horticultura y olivicultura.
Los precios de las frutas típicas de verano se están desplomando, justo cuando los agricultores deberían ver recompensado su esfuerzo. Coldiretti Puglia (la organización regional de Coldiretti, que representa y defiende los intereses del sector agrícola en esa región, la de Puglia) ha denunciado la emergencia, describiendo el "drástico impacto en la temporada de sandía, que corre el riesgo de ser destruida directamente en el campo porque los precios ya se han desplomado a entre 0,9 y 10 céntimos por kilogramo", según ha publicado La Stampa.
Lo mismo ocurre con el hasta ahora codiciado melón amarillo de Brindisi, cuyo precio actual es de tan solo 30 céntimos el kilo . Y aunque este verano abrasador está hundiendo al sector, las ganancias están cayendo por debajo de los costes de producción. Todo esto se debe a la disminución del consumo y a la especulación en el proceso de producción. Pero esto también ocurre con la mayoría de las frutas y verduras.
De ahí la exigencia de que esta organización demande que se intensificar los controles sobre las frutas y verduras frescas importadas, a menudo etiquetadas como de Apulia, y, al mismo tiempo, ampliar la obligación de indicar en las etiquetas el origen de la fruta procesada en conservas y zumos, para evitar que la fruta importada del extranjero se haga pasar por "Hecho en Italia".
Según Alfonso Cavallo, presidente de Coldiretti Puglia, casi un tercio de los alimentos producidos se pierde a lo largo de la cadena alimentaria (13%) y en los hogares (17%) debido a distorsiones en la cadena de suministro que infravaloran los salarios de los agricultores y de los productos del campo, cuyo precio se multiplica en los supermercados.
