Ordenan destruir el valioso anillo del papa para detener los planes de los impostores
La tradición, iniciada en el siglo XIII, recoge que debe ser destruido con un martillo de plata o grabado con una cruz, como muestra simbólica de su invalidez.

El anillo del pescador, o Anulus Piscatoris, es una de las señas de identidad del papa y una de las primeras piezas que recibe al inicio de su mandato, a través del cual tradicionalmente firmaba las cartas y documentos oficiales, también conocidos como breves papales. Su destrucción no solo marca el fin de una era pontificia, sino que también ayuda a evitar cualquier posible falsificación mientras la transición sucede.
Según dicta la tradición, una vez fallece su dueño, este es destruido o inutilizado a través de la grabación de una cruz, con el objetivo de que nadie pueda utilizarlo y firmar cualquier documento en su nombre. "Los objetos estrictamente ligados al ministerio de San Pedro deben ser destruidos", afirma el Vaticano.
"Es el equivalente a eliminar los datos de acceso a una cuenta de una red social", afirma Christopher Lamb, corresponsal de CNN en el Vaticano. "De eso se trataba: de evitar que los impostores usaran sellos falsos en los documentos", añade.
El primer (y único) papa que consiguió una cruz fue el predecesor de Francisco, el papa Benedicto XVI, el cual renunció y comenzó con una nueva tradición: el de incluir una cruz profunda grabada en la superficie del anillo en vez de destruirlo. "Creo que había una sensación de que era innecesario destruir el anillo", destaca Lamb.
Aunque por regla general los anillos de los pescadores son realizados a mano por un orfebre, Francisco se opuso a ello y optó por usar "un anillo del secretario de Pablo VI", el arzobispo Pasquale Macchi, quien perdió la vida en 2006. Respecto a su diseño, el anillo cuenta con la grabación de la imagen de San Pedro lanzando sus redes, aunque el de Francisco aparecía de forma más discreta, símbolo de la sencillez y humildad.
Ahora, según recoge el artículo 13 de la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, el Camarlengo será el responsable de quitar el anillo del pontífice y controlar su destrucción en presencia del resto de cardenales, lo que simboliza el fin del pontificado.