La receta para hacer unas rosquillas de San Isidro tan buenas como las de la Tía Javiera

La receta para hacer unas rosquillas de San Isidro tan buenas como las de la Tía Javiera

Comer las 'rosquillas tontas', listas de Santa Clara o francesas de San Isidro es toda una tradición en esta festividad en Madrid.

Rosquillas de San IsidroGetty

En pleno día de San Isidro 2023, ningún madrileño ni visitante a esta festividad debe dejar de probar la tradicional gastronomía local. Ganillejas, entresijos, garrapiñadas hacen de los deleites para el paladar, pero sin duda las que destacan son las rosquillas.

La tradición de comer rosquillas en San Isidro se remonta al siglo XIX y la culpa la tiene la Tía Javiera, una pastelera de Fuenlabrada -o de Villarejo de Salvanés, según otros- a la que se asocia la creación de este popular dulce tan castizo en Madrid. 

Las suyas, a diferencia de las actuales, no llevaban azúcar en la masa, sino aguardiente y estaban empapadas con un jarabe. 

Tipos de rosquillas de San Isidro

Sin duda, las más puramente castizas son las rosquillas tontas, que deben su nombre a lo simple que es la receta. Originarias de la Edad Media, basta con tener azúcar, harina, huevos, aceite y anís para elaborar la masa de unas sublimes. Además son bastante ligeras, un punto a favor para los que estén en plena 'operación bikini' pero no quieran renunciar a este manjar. 

A las mismas se suman las rosquillas listas, elaboradas con la misma masa que las anteriores, pero a las que le añaden un cobertura de glaseado a base de azúcar, huevo y limón. Menos simples, mucho más jugosas y, por supuesto, más dulces. 

La lista se completa con las rosquillas de Santa Clara, cuyas autoras originarias son las monjas de Santa Clara, que las empezaron a elaborar en el Monasterio de la Visitación. Se conocen popularmente como rosquillas blancas, y no es para menos, porque su toque especial es esa cobertura de merengue seco blanco que vuelve loco a todo aquel que las prueba. 

En último lugar se sitúan las rosquillas francesas. Su origen se remonta a la época de Fernando VI. El monarca, harto de las clásicas rosquillas tontas, le pidió al repostero de su corte que potenciara el sabor. Así, el cocinero les añadió azúcar 'glass' y una cobertura de almendra picada. Debieron gustar, y es que, a día de hoy, siguen siendo una muy buena alternativa para los amantes de los pasteles durante este San Isidro. 

Receta para hacer unas buenas 'rosquillas tontas' de San Isidro

De este modo, si estás en casa y tienes tiempo para liarte en la cocina, te dejamos esta receta de las 'rosquillas tontas' de San Isidro con las que seguro recibes halagos de amigos y familiares: 

Ingredientes

275 gramos de harina de trigo 

8 gramos de levadura

3 gramos de sal 

3 gramos de anís en grano 

3 huevos 

25 gramos de aceite de oliva virgen extra

25 gramos de anís dulce

75 gramos de azúcar 

Tiempo: 20 minutos de elaboración y 10 minutos de cocción. 1 hora de reposado de la masa.  

Pasos

1- Introduce dos de los huevos más el azúcar, la sal, el aceite y el anís dulce en un bol grande. Bate todos los ingredientes durante 10 minutos.

2- Tamiza la harina y la levadura. Añade la mezcla del anterior paso y agrega el anís en grano. Mezcla todos los ingredientes hasta conseguir una masa uniforme, que no se pegue en los dedos. Una vez esté perfecta, déjala reposar durante una hora en dicho bol, completamente tapado. 

3- Divide la masa en porciones de 40 gramos cada una y forma pequeñas pelotas con las manos. 

4- Da forma a las rosquillas introduciendo el dedo en el centro del cilindro. Colócalas en una bandeja de horno, el cual estar previamente precalentado a 220º, con una cubierta de papel vegetal para que no se peguen. 

5- Pincela con el huevo que te sobra las rosquillas, introduce la bandeja en el horno (se recomienda colocarla en la base) y déjalas hornear 12-13 minutos. Mira de vez en cuando si están doradas. Cuando las veas en el punto exacto, retíralas, déjalas enfriar un poco sobre la rejilla y ¡listo!, a devorarlas.