Sabrina, española ahogada por las deudas de sus créditos por necesidad: "Cobro 1.200 euros. Algún mes he hecho la compra a plazos"
Tiene más de 40.000 euros de deuda.
Los pagos a plazos se han convertido en una tentación cotidiana. Muchas personas financian su nuevo móvil, una televisión o incluso una compra grande de ropa. Ver una cifra dividida en mensualidades hace que cualquier gasto parezca más asumible que afrontarlo de golpe.
Son cantidades elevadas que, mes a mes, parecen “cómodas” de pagar. Sin embargo, cuando estas cuotas empiezan a acumularse, esa aparente comodidad puede transformarse en una trampa económica. Eso es precisamente lo que le ha ocurrido a Sabrina Caldera, una mujer española que asegura haber llegado a una situación límite tras encadenar créditos hasta sumar más de 40.000 euros de deuda.
Su historia salió a la luz en el programa “Y ahora Sonsoles”, donde relató cómo su economía familiar se fue desmoronando mientras intentaba cubrir necesidades básicas. Sabrina, madre de dos hijos, cobra 1.200 euros al mes. Esa cantidad, insuficiente para muchos hogares hoy en día, se convirtió en su mayor problema cuando los pagos aplazados empezaron a multiplicarse. “Cobro 1.200 euros al mes y he llegado a pagar esa cantidad por los plazos”, explica, subrayando la gravedad del círculo de deuda que la asfixia.
Vivir a plazos
Sabrina insiste en que no pidió créditos por capricho, sino por pura necesidad. Con un salario ajustado y dos hijos a cargo, tuvo que recurrir a financiación para llenar la nevera, pagar facturas o cubrir gastos. “Algún mes he tenido que hacer incluso la compra a plazos”, confiesa en el programa, evidenciando hasta qué punto el crédito se ha integrado en el día a día de muchas familias con dificultades económicas.
Ese recurso temporal, que en un primer momento parecía la única salida, terminó convirtiéndose en una bola de nieve imposible de detener. Las cuotas mensuales consumían prácticamente la totalidad de sus ingresos, dejándola sin margen para vivir y generando un enorme estrés emocional.
¿Por qué se recure al plazo?
Según el economista Jose María Camero, una realidad es que la de la gente que no llega a fin de mes. España vive una paradoja económica. Por un lado, las cifras de empleo son históricamente altas, con 22,38 millones de ocupados. Pero por otro,el sueldo mas frecuente en el país es de 1.300 euros, una cifra que se queda corta ante el encarecimiento del coste de la vida.
“Con lo que ha subido la cesta de la compra, hay gente que no es capaz de llegar a fin de mes”, afirma Camero. Y los datos lo respaldan: la cesta de la compra ha subido un 2,5% en 2025, con productos básicos como el café, los plátanos o los huevos liderando los incrementos. Para muchos hogares, especialmente monoparentales o con ingresos bajos, estos aumentos son insoportables sin recurrir al crédito.
El pago a plazos se ha convertido en la válvula de escape de quienes no pueden asumir los gastos inmediatos, pero quieren —o necesitan— mantener un nivel de vida mínimo. Sin embargo, ese recurso se ha normalizado hasta el punto de que muchas familias están financiando no solo bienes duraderos, sino también alimentos, ropa o material escolar, lo que complica aún más salir del ciclo de deuda.