Por favor, habilita JavaScript para ver los comentarios de Disqus.
Se topan con jaulas de animales en medio del bosque y el plan que tuvo al respecto este restaurador pone los pelos de punta

Se topan con jaulas de animales en medio del bosque y el plan que tuvo al respecto este restaurador pone los pelos de punta

Se trataba de un zoológico privado de hace poco más de 100 años. 

Un oso encerrado en una jaula
Un oso encerrado en una jaulaAntonio Hugo- Getty Images

Hace poco más de 100 años, entre Tubinga y el distrito de Hirschau, en Alemania, el restaurador Eugen Mannheim decidió abrir un zoológico privado, que aunque solo estuvo doce años abierto (entre 1907 y 1919), contaba con animales de todo tipo, desde osos polares y osos pardos hasta grandes felinos, pasando por algunas especies autóctonas. 

Conocido como el Zoológico de Mannheim y Parque de Animales de Mannheim, su historia se remonta a 1906, cuando el hombre adquirió un terreno en el Spitzberg, situado cerca de Hirschau, y comenzó a llenarlo con diferentes animales de todo el mundo. 

En tan solo un año, el restaurador consiguió levantar un hostal con dependencias, así como los recintos necesarios para los animales, abriendo el lugar para visitantes en mayo de 1907. En total, la entrada para adultos costaba unos 20 pfennings, mientras que la entrada de coste reducido valía la mitad del precio. 

Para conseguir animales, el hombre optó por dos vías: a través de intercambios con otros zoológicos privados y la compra de especies a través del zoológico Nill de Stuttgart, el cual también era privado y tuvo que echar el cierre en 1906. 

A pesar de que no había ningún registro exacto de los animales que permanecían cerrados en aquel lugar, informes recogidos por el diario local Tübingen Chronicle afirman que en el recinto estuvieron un total de nueve leones, doce osos polares y pardos, un tigre de Bengala, un leopardo, dos pumas, tres ocelotes, lobos, ciervos, tejones, jabalíes, focas, cacatúas, periquitos, monos de Java, macacos rhesus y buitres leonados, entre otros. 

El proyecto, afortunadamente, no duró mucho. Y es que su propietario fue reclutado por el ejército alemán al comienzo de la Primera Guerra Mundial, motivo por el que tuvieron que cerrar sus puertas. Finalmente, el zoológico se disolvió en 1919. Los restos de las jaulas, los muros y los túneles aún se pueden encontrar en la zona donde estaba situado, sirviendo como testimonio del horror que estos animales tuvieron que afrontar.