Un dentista se lleva las manos a la cabeza al ver dónde se deja el cepillo de dientes: pide reservar otro sitio urgentemente
El cepillo dental es la base de la higiene bucal diaria.

El origen del cepillo de dientes es más antiguo de lo que crees. Los primeros se remontan a la era de los egipcios, alrededor del año 3000 a. C. En algunas tumbas se encontraron unas ramitas en forma de lápiz con las puntas blandas al tacto, como si las hubieran masticado. Estos pequeños bastones, llamados palos o varas para masticar, son los que se usaban para limpiar los dientes.
La primera aparición del cepillo de dientes tal como lo conocemos hoy se remonta a la China imperial del siglo XV, hacia el año 1498 aproximadamente. Estos primeros cepillos de dientes se fabricaban a partir de la extracción manual de cerdas de los cuellos de jabalíes de Siberia y del norte de China. Los climas fríos de estos parajes hacían que el pelaje de los animales creciera más duro y consistente. Una vez extraídas las cerdas, se agarraban a mangos hechos de huesos o de bambú. La introducción en Europa de este cepillo de dientes no llegó hasta 1600, cuando mercaderes ingleses viajaron a China y volvieron con ellos.
El cepillo dental es la base de la higiene bucal diaria, ya que resulta fundamental para eliminar la placa bacteriana (biofilm oral) de manera eficaz y prevenir las principales complicaciones causadas por el acúmulo de ésta: caries, enfermedades de las encías, sensibilidad dental, halitosis, etc.
Es recomendable cambiar el cepillo cada tres meses o al observarse los primeros signos de desgaste de los filamentos, de manera que realice sus funciones correctamente, sin dañar el esmalte ni las encías. Pero, ¿y dónde los guardamos?
La web is.fi da algunos consejos al respecto para que nuestro cepillo no resulte contaminado al guardarlo.
1. No dejes tu cepillo de dientes al lado del inodoro
El cepillo de dientes no debe guardarse cerca de la taza del inodoro, especialmente si tiendes a tirar la cadena con la tapa abierta.
2. No guardar en un estuche
2. Evite guardar el cepillo de dientes en un estuche, sobre todo si está húmedo. En condiciones cálidas y húmedas, las bacterias pueden multiplicarse.
3. Cuidado si lo dejas en un vaso
Si guardas tu cepillo de dientes en un vaso, hay que lavar éste con regularidad. En el fondo puede almacenarse agua sucia que atraiga bacterias. Y si en la casa viven varias personas, lo mejor es que cada una pongo su cepillo en un vaso diferente.
El experto del medio asegura que la mejor forma de guardar un cepillo es orientado hacia arriba en un armario o en un cajón.