Un estadounidense se muda a España: se niega a volver a EEUU después de que el cambio le cure esta adicción
El joven asegura tener aquí una calidad de vida mejor.

Cada vez son más los extranjeros que deciden mudarse a España en busca de un estilo de vida más relajado, lejos del ritmo frenético y la constante presión laboral que domina en otros países. Aquí descubren que la vida no se mide solo en horas de trabajo ni en productividad, sino en los pequeños placeres del día a día. Para muchos, este cambio de mentalidad es una relevación y toda una enseñanza de que no se vive para trabajar, sino que se trabaja para poder vivir.
Esto fue lo que le ocurrió a Jerónimo Noriega, un estudiante de 27 años que actualmente vive en España pero que creció en Estados Unidos. Según su testimonio, recogido por Business Insider, el joven nació en México, pero pasó la mayor parte de su vida viviendo en Texas hasta que se mudó a la ciudad asturiana de Oviedo hace poco más de dos años. Una situación que conllevó mucho esfuerzo y capacidad de adaptación pero que fue por un cambio a mejor.
Jerónimo asegura que, una vez se familiarizó con el dialecto local, se siente mucho más cómodo viviendo en España, hasta el punto de ahora tener una calidad de vida mucho mejor que en Estados Unidos. Antes de mudarse sentía que siempre dependía del coche para llegar a cualquier lugar y que sus días giraban en torno al tráfico, mientras que ahora puede llegar caminando a todas partes y optar por el transporte público si no quiere coger el coche. “No sólo es mejor para el medio ambiente, sino que también es más saludable para mí”, asegura.
Un estilo de vida diferente
El joven americano cuenta que vivir en España le ha demostrado que hay una forma muy diferente de existir a la que él ha estado acostumbrado desde pequeño. Mientras que en Estados Unidos mucha gente vive por y para ir a trabajar durante todo el día y agotarse frente a una máquina, aquí en España “parecen valorar más sus vidas que su trabajo”, asegura Jerónimo, quien dice estar muy contento con el cambio.
Esto tiene que ver con el ritmo de vida pausado que se sigue en el país de habla hispana, donde la gente puede tardar hasta tres o cuatro horas en una comida, algo que sorprende al joven. De hecho, Jerónimo cuenta cómo cuando llegó a España se sintió muy vago por no trabajar hasta agotarse física y mentalmente, pero con el paso del tiempo consiguió adaptarse al ritmo de sus compañeros y vivir en un ámbito de libertad y alegría al que no estaba acostumbrado.
Jerónimo afirma que no tiene pensado volver a Estados Unidos en un futuro, aunque no lo descarta ya que “la vida es larga y nunca se sabe lo que pasará”. El joven se muestra encantado con situaciones cotidianas tan simples como poder comprar un café a poco precio y no sentirse mal por quedarse en la cafetería unas horas para pasar el rato. Eso sí, no es oro todo lo que reluce, ya que asegura echar de menos el servicio al cliente estadounidense, el cual lo recuerda más amigable y agradable por el mayor número de propinas.