Un grupo de millonarios vive en una isla sin fosa séptica y quiere enviar sus desechos a los vecinos sin pagar por las molestias
"Una minoría inmensamente rica para evitar pagar los servicios públicos y traslada los costes a otros", critican algunos.
En la super exclusiva isla de Indian Creek, situada frente a las costas de Miami y hogar de celebridades como Jeff Bezos y Tom Brady, ha estallado un intenso conflicto con el tratamiento de aguas residuales, informa JVTech.
Conocida como 'el búnker del multimillonario', esta isla artificial con solo 40 mansiones carece de un sistema propio de saneamiento. Ahora, sus residentes han conseguido algo que parecía imposible: verter sus residuos a través del sistema público de su localidad vecina, Surfside, sin pagar por ello.
Intensa batalla
A pesar del luje extremo que caracteriza la isla, esta no cuenta con una planta de tratamiento de aguas residuales, una carencia inusual en un enclave de tal riqueza. Para resolver el problema, las autoridades locales propusieron la controvertida solución de conectarse al sistema de alcantarillado de Surfside, asumiendo que sería un trámite sencillo.
Sin embargo, Surfside dijo que no aceptaría por menos de 10 millones de dólares, que serían destinados a cubrir "los costes históricos de mantenimiento y modernización" del sistema, incluyendo una deuda de 30 millones por su reciente renovación.
El detonante del conflicto fue que los residentes de Indian Creek no estaban dispuestos a pagar. En lugar de aceptar la factura, llevaron el asunto a la Legislatura de Florida y lograron que un nuevo proyecto de ley de infraestructura incluyera una cláusula que prohíbe a las ciudades bloquear o cobrar por las extensiones de las líneas de aguas residuales.
Así, el resultado es que la lujos isla podrá conectarse de forma gratuita, pese a la oposición de Surfside, donde la medida ha sido duramente criticada al ser considerada como un abuso de poder y una muestra de desigualdad institucionalizada. "Una minoría inmensamente rica para evitar pagar los servicios públicos y traslada los costes a otros", resumen las voces críticas.
El caso pone en evidencia la tensión creciente entre comunidades locales y grandes fortunas, en un país donde el debate sobre justicia fiscal y responsabilidad ambiental no deja de intensificarse.
