Un joven de 21 años crea un imperio de la estafa de casi 350.000 euros, llaman a la puerta y es la justicia
A pesar de estar bajo investigación, continuó atendiendo a sus "clientes" a través de su canal de Telegram hasta que fue arrestado nuevamente en mayo de 2024.

Ollie Holman, un joven británico de 21 años que cursaba estudios de ingeniería eléctrica e informática en la Universidad de Kent, pasó de ser un alumno universitario a dirigir una red internacional de fraude digital. Entre 2021 y 2023, generó cerca de 350.000 euros vendiendo más de mil paquetes de software diseñados para suplantar sitios web de bancos, entidades públicas e incluso plataformas de donaciones benéficas.
Los kits, que comercializaba a través de Telegram, acabaron en manos de unos 700 delincuentes que los utilizaron para obtener credenciales y datos bancarios de miles de víctimas. Una de sus creaciones fue utilizada en una estafa que superó el millón de euros.
Holman fue condenado a siete años de prisión tras reconocer ante el Tribunal de la Corona de Southwark siete delitos, incluidos la creación y distribución de software para fraudes, complicidad en actividades ilegales y blanqueo de capitales.
La investigación, iniciada tras una alerta de la firma especializada WMC Global, estuvo liderada por la Policía de la Ciudad de Londres. Holman fue detenido por primera vez en octubre de 2023, después de que los agentes hallaran pruebas digitales en su dormitorio universitario. A pesar de estar bajo investigación, continuó atendiendo a sus "clientes" a través de su canal de Telegram hasta que fue arrestado nuevamente en mayo de 2024.
Según los investigadores, el estudiante desarrolló y comercializó cientos de kits que sirvieron para llevar a cabo estafas informáticas valoradas en más de 116 millones de euros.
“El acusado dirigía una operación de fraude con impacto internacional y se enriqueció sin importar las consecuencias para sus víctimas”, declaró el detective Ben Hurley, encargado del caso. Por su parte, la Fiscalía británica ha confirmado que se pondrán en marcha medidas para recuperar los beneficios ilegales obtenidos por Holman.
“La sentencia demuestra que ni el cifrado ni el anonimato de internet pueden proteger a quienes cometen delitos”, subrayó la fiscal Sarah Jennings.
Según los especialistas en seguridad informática, el modelo "Phishing-as-a-Service" (Phishing como un servicio) está ganando terreno rápidamente. Por menos de 22 euros es posible adquirir kits ya configurados que imitan webs de uso común e incluso incluyen asistencia técnica.
Estas herramientas reducen enormemente las barreras para ingresar al cibercrimen: cualquier persona, incluso sin conocimientos avanzados, puede lanzar campañas fraudulentas en cuestión de minutos. Basta con cargar una base de datos con correos electrónicos, perfiles sociales o cuentas de servicios populares (que suelen venderse en la dark web o en canales de Telegram) y comenzar los envíos masivos.
Aunque la condena de Holman supone un golpe al crimen informático organizado, el modelo del phishing comercial sigue expandiéndose y representa una de las amenazas más difíciles de erradicar en el panorama digital actual.
Las medidas de Telegram para evitar estas prácticas
Desde Telegram indican en un comunicado de respuesta que "las estafas y la venta de herramientas para estafar están explícitamente prohibidas por los términos de servicio de Telegram, y dicho contenido se elimina en cuanto se descubre".
"Moderadores, con herramientas personalizadas de inteligencia artificial y aprendizaje automático, monitorean proactivamente las secciones públicas de la plataforma y aceptan reportes para eliminar millones de contenido dañino cada día, incluyendo incitaciones a la violencia", añade el servicio de mensajería.
