Un joven de 24 años gana 70.000 euros como capataz: “El obrero que a los 60 ya no puede caminar ya no existe"
En 2021, empezó como obrero especializado, y dos años después ya era capataz al mando de cinco trabajadores.

Con solo 24 años, Léon Maurice Heß ya dirige su propio equipo en una empresa de construcción de carreteras en Renania-Palatinado (Alemania). Es maestro constructor de carreteras (Straßenbauermeister) y un ejemplo de cómo la formación profesional puede ofrecer estabilidad, ingresos altos y satisfacción personal. Su historia, contada al semanario alemán Der Spiegel dentro de su serie Nómina, muestra el lado menos visible del éxito laboral: disciplina, esfuerzo y una gestión meticulosa del dinero.
Heß no siempre tuvo claro su camino. Tras terminar el instituto, empezó ingeniería farmacéutica, pero abandonó la universidad después de un semestre. “Me di cuenta de que no me haría feliz pasarme el día frente a una pantalla”, explica. Prefirió la práctica al estudio y comenzó su formación como constructor de carreteras con asfalto en la empresa Juchem Asphaltbau, en su región natal. Su rendimiento fue tan bueno que redujo el aprendizaje a solo un año y medio.
En 2021, empezó como obrero especializado, y dos años después ya era capataz al mando de cinco trabajadores. Este verano, aprobó el examen de maestro artesano, un título muy valorado en el sistema alemán de FP dual. Hoy coordina obras, garantiza la seguridad, supervisa la calidad y participa activamente en el trabajo físico cuando hace falta.
“Gano más que mis amigos con título universitario”
Su salario es notable para alguien de su edad: unos 70.000 euros brutos al año, una cifra poco habitual en el sector. Como su sueldo depende de las horas trabajadas (muy influenciadas por el clima), hay meses mejores y peores: “En abril gané unos 6.500 euros brutos; en agosto, unos 6.200”. Además, su especialidad en asfalto mástico, un trabajo físicamente exigente, le permite recibir 50 euros extra por jornada y 100 euros los fines de semana.
Está casado desde hace poco y comparte vivienda con su esposa, que trabaja como auxiliar fiscal. “Gano bastante más, así que acordamos dividir los gastos en proporción: yo pago dos tercios y ella un tercio. Nos va muy bien así”, explica.
Heß no tiene reparos en hablar de dinero ni en pedir aumentos: “Creo que hay que hacerlo una vez al año. Todo sube de precio, y el rendimiento también debe reconocerse. En el peor de los casos, te dicen que no”. Desde que ascendió a capataz en 2023, su salario se duplicó.
“Gano más que muchos amigos con carrera universitaria, y me siento valorado por lo que hago”, afirma con orgullo.
Un trabajador que ama su oficio
Aunque reconoce que trabaja por dinero, insiste en que lo que más le motiva es ver resultados tangibles: “En la construcción ves lo que haces. Si por la mañana abres una zanja y por la tarde está asfaltada, eso da satisfacción. No podría estar ocho horas moviendo números en un ordenador”.
Además, subraya que la imagen del obrero agotado a los 60 años ya no se ajusta a la realidad: “Hoy, las máquinas hacen casi todo. A veces solo hay que pulsar botones. Palear, quizá una hora de ocho”.
Finanzas bien planificadas y visión de futuro
Heß tiene fama de ser cuidadoso con el dinero (“mi mujer dice que soy un poco tacaño”), pero su disciplina le ha permitido ahorrar e invertir desde joven. Paga 800 euros de alquiler por un piso de 110 m² y ha comprado una casa que está reformando. Gasta unos 820 euros al mes en su coche, su “lujo personal”, y 270 euros en comida a domicilio con el servicio HelloFresh.
Además, mantiene varios planes de ahorro: una pensión privada, un plan Riester y una cartera de ETF en la que invierte 285 euros mensuales. Tiene alrededor de 12.000 euros ahorrados entre fondos, acciones (Google, Apple, Tesla) y oro. “Me interesa mucho el mercado bursátil. Invierto con cabeza, no por impulso”, cuenta.
También ahorra pensando en su hipoteca futura: “Quiero tener un colchón por si suben los intereses”. No teme por su jubilación: “Si mis inversiones rinden como prometen, estaré tranquilo. No dependo solo de la pensión estatal”.
