Un reciente estudio aporta una conclusión histórica sobre los posibles efectos de las turbinas eólicas en la salud mental
Según recoge, la teoría de que las turbinas causan enfermedades mentales o incluso cáncer no tiene base científica.

Un estudio de la Universidad Adam Mickiewicz de Polonia ha desmontado uno de los mitos más persistentes sobre las turbinas eólicas: que el ruido que generan puede causar daño a la salud mental. La investigación, revisada por pares, concluyó que no existe una relación de causa y efecto entre el ruido de estos aerogeneradores y posibles problemas psicológicos, desafiando así la creencia popular del llamado "síndrome de la turbina eólica".
En este experimento, se midió la actividad cerebral de 45 estudiantes universitarios expuestos a varios sonidos, incluyendo el ruido del tráfico y el de las turbinas eólicas, sin que los participantes supieran cuál era la fuente de cada ruido. Los resultados mostraron que, aunque los sujetos describieron el sonido de los aerogeneradores como "ruido blanco", no lo consideraron más molesto que el tráfico urbano. Además, no se registraron cambios en la actividad cerebral ni signos de estrés psicológico asociados a la exposición al ruido de las turbinas.
Los investigadores dejaron claro que, aunque sus hallazgos no pueden aplicarse a situaciones de exposición prolongada, los resultados respaldan la idea de que no hay una relación directa entre el ruido de las turbinas eólicas y el deterioro cognitivo o emocional. En otras palabras, la teoría de que las turbinas causan enfermedades mentales o incluso cáncer no tiene base científica, según el estudio.
Finalmente, el estudio también pone de manifiesto el impacto de la desinformación y la influencia de factores sociales en la percepción pública sobre las energías renovables. En lugar de basarse en pruebas científicas, muchos temores sobre los efectos del ruido de las turbinas provienen de creencias populares y mitos no verificados.
