Un rincón de España se convierte en el 'soplón' de Europa
Un municipio madrileño se ha convertido en el faro de seguridad europeo gracias al Centro de Satélites de la Unión Europea, esencial para garantizar un futuro pacífico en el escenario global.
Los que hayan circulado alguna vez por la A-2 o hayan subido hasta el mirador de Cerro del Viso, se habrán fijado en la pista de despegue, a día de hoy la más larga de Europa, que desde 1953 y después de varias actualizaciones, ocupa buena parte del término municipal de un ayuntamiento que se sitúa a 20 kilómetros de la ciudad de Madrid.
Hablamos de la Base Aérea de Torrejón de Ardoz, unas instalaciones militar que han jugado un papel importante en la historia de la defensa europea y en la cooperación internacional. Ahora, casi setenta años después de su construcción, este rincón de España se ha convertido en el 'soplón' de Europa gracias a la instalación del Centro de Satélites de la Unión Europea (SatCen), ubicado discretamente en la base aérea.
Este centro, liderado desde 2019 por Sorin Ducaru, ha desempeñado un papel esencial en la seguridad y estabilidad de Europa. Porque SatCen es, según El Correo, un punto neurálgico de procesamiento de información en el que un equipo de 150 expertos analizan los datos que llegan desde satélites y otras fuentes de acceso público, como las redes sociales. "Somos el 'gran hermano' europeo que todo lo ve...", bromea el responsable de esta agencia.
Sin embargo, asegura, SatCen no es una entidad invasiva. Basa sus análisis en imágenes proporcionadas por proveedores comerciales y que son totalmente accesibles para cualquier ciudadano, respetando rigurosamente las normativas de privacidad. A pesar de no operar sus propios satélites, la agencia colabora con una red que monitorea la Tierra. Su objetivo principal es utilizar estos recursos espaciales para proteger a los Estados miembros de la UE y a sus ciudadanos de amenazas tanto locales como globales.
El conflicto en Ucrania es un ejemplo palpable de cómo SatCen contribuye a la seguridad europea, ofreciendo análisis estratégicos y apoyo humanitario. No obstante, su labor no se limita a conflictos militares; también abordan crisis relacionadas con el cambio climático en África, que pueden desencadenar sequías, migraciones y posibles conflictos.
Además, respaldan la labor de la ayuda humanitaria y ofrecen información estratégica sobre la frontera europea y han jugado un papel crucial en operaciones de evacuación de emergencia, con mapas de referencia vitales en situaciones críticas, como en Sudán y Afganistán.
¿Quién financia todo esto? Más de la mitad de su presupuesto anual de más de 35 millones de euros proviene de los Estados miembros de la UE, que aportan según su Producto Interno Bruto (PIB). El resto proviene de trabajos realizados para terceros, que deben aprobar por los 27 Estados miembros de la UE, como las Naciones Unidas y la OSCE, así como de la Comisión Europea y agencias como Frontex.