A principios de semana, la parcela de 2.000 metros de un viticultor francés fue destrozada con una tijera de podar. El empresario se siente enfadado, puesto que después de cuatro años de trabajo, todo se ha echado a perder.

Según publica el medio France 3, fueron sus propios trabajadores los que hicieron el "fatal descubrimiento". "Suponemos que se hizo durante el fin de semana, por la noche. También suponemos que debió haberlo hecho alguien de la profesión, porque lo hizo con tijeras de podar eléctricas", lamenta el propietario en declaraciones al digital.

En total, se cortaron "47 hileras de vides y sus alambres de soporte". "Las viñas se encontraban en fase de brotación. Los cogollos empezaban a salir", explica. "La vid estaba alcanzando su potencial de producción, debía producir su máximo número de uvas durante los próximos 30 años".

De acuerdo a la información difundida, el propietario no se explica este acto de malicia. "¿Por qué aquí y por qué yo? Soy una persona apasionada. ¿Quizás me consideren un privilegiado? ¿Tengo un viñedo por encima de la media que es de 200 hectáreas y con un fuerte crecimiento? Pero soy una persona fiel y leal en la profesión", lamenta. Recuperar lo perdido "va a requerir una cantidad titánica de trabajo".

Sin embargo, el saqueo de su viñedo no es el primer acto vandálico que experimenta la viticultura del coñac. "El contexto de crisis económica que vive este producto con la imposición de derechos de aduana exacerba las tensiones", reza la publicación. "¡No resuelve nada! A todos nos interesa estar unidos", concluye el propietario.