Una sueca huye de su país para una gran vida en España y descubre una realidad para la que no estaba preparada: "Sentí que no aguantaba"
La situación de la vivienda se torna crítica en muchos lugares de España.
El acceso a la vivienda en España -especialmente para los jóvenes- se ha convertido en una quimera cada vez más infranqueable. Los precios desorbitados en numerosas ciudades de la geografía española están provocando enormes dificultades para aquellas personas o parejas que deseen adquirir una vivienda en propiedad.
¿La causa? Como todos conocemos a estas alturas, el incremento desmesurado de los precios en la vivienda, la proliferación descontrolada de las viviendas turísticas y las dificultades económicas que atraviesa gran parte de la población española.
Una de las provincias que está notando el impacto de esta situación es Málaga, donde los pisos y casas ascienden a precios prohibitivos para personas con salarios medios. Muchos se resignan y asumen el problema: la única posibilidad es alquilar, y en el mejor de los casos si se cuenta pareja.
La provincia de la Costa del Sol se encuentra en una situación límite para sus muchos de sus ciudadanos, y las soluciones no parecen fáciles. De hecho, la aglomeración turística ha llegado a tales cotas que incluso los propios turistas que llegaron a la ciudad o alrededores hace años, se han planteado abandonarla por la gran afluencia de gente.
Un caso así lo encontramos en Eva, una sueca entrevistada por el medio citado, que llegó a Málaga hace unos años y adquirió una propiedad para tenerla como segunda vivienda. Según relata, en 2024 estuvo muy cerca de irse de vender su casa e irse de Málaga.
Concretamente, su domicilio se encuentra en Mijas, municipio costero de Málaga. Con su compra, pretendía tener un lugar donde poder viajar para desconectar y disfrutar, pero se ha convertido en todo lo contrario. De acuerdo con sus declaraciones a Cope, la sueca asegura que “hace un año sentí que iba a vender porque ahora hay demasiado turismo, yo soy una turista también pero sentí que ya no aguantaba”.
Esta sensación también le invadió justo después de la pandemia, cuando se llegó a preguntar cuál sería el destino de la ciudad en el futuro. Sin embargo, llegó a la conclusión de que tenía una vida en la localidad andaluza y "muchos amigos españoles", por lo que decidió quedarse.