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Cuenta atrás para que el súper submarino de la Armada Española se tire al agua

Cuenta atrás para que el súper submarino de la Armada Española se tire al agua

La Armada Española ya tiene fecha para su amadrinamiento: el acto será en Cartagena en octubre de 2025 y su entrega está prevista para 2026.

Submarino de la clase S-80 en el puerto de Cartagena durante un acto de la Armada Española.
El submarino S-81 Isaac Peral en su primera navegación por Cartagena, referencia del programa que ahora continúa con el S-82 Narciso Monturiol.DIMA

La Armada Española ha puesto fecha a uno de sus grandes hitos navales. Será el próximo 3 de octubre cuando, en los astilleros que tiene Navantia en Cartagena, se celebre el que será el amadrinamiento del S-82 Narciso Monturiol, el segundo de los cuatro submarinos de la clase S-80 que recibirá el ejército español. La madrina será Isabel López Fernández, esposa del actual Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), en un acto cargado de simbolismo que abrirá oficialmente la nueva fase del programa.

La ceremonia de amadrinamiento es uno de los momentos más solemnes en la tradición naval, pero también un paso preliminar antes de que este submarino arranque las pruebas técnicas que lo llevarán hasta su entrega final a la Armada. Tras la cita protocolaria, el sumergible será trasladado al agua en otra fecha para iniciar las pruebas de puerto, un chequeo exhaustivo de todos sus sistemas en un entorno controlado. Solo después afrontará las pruebas de mar, mucho más exigentes, que se extenderán durante meses.

Pese a que el evento estaba inicialmente previsto para julio y tuvo que ser reprogramado, fuentes del proyecto insisten en que el calendario se mantiene intacto. La previsión sigue siendo que la entrega final del S-82 a la Armada se produzca en el otoño de 2026, dentro de los plazos habituales de un programa de esta magnitud.

El Narciso Monturiol sigue la estela del S-81 Isaac Peral, el primer submarino de la serie, cuya entrada en servicio ha servido para pulir procesos y acortar tiempos de producción en las siguientes unidades. Con este segundo sumergible, la Armada española refuerza sus capacidades de disuasión y da un paso adelante en la modernización de la defensa nacional. El salto cualitativo de la clase S-80 no se entiende de forma aislada, ya que el plan de renovación incluye también las nuevas fragatas F-111 de la clase Bonifaz.

El programa, además, refuerza el papel de Navantia como referente industrial en la construcción de buques militares de alta complejidad. Estos ajustes de calendario son habituales incluso en países con mayor músculo militar, como EEUU, donde los retrasos en la entrega de portaaviones de nueva generación también se han convertido en norma.

En definitiva, el S-82 simboliza algo más que un submarino avanzado. Es la confirmación de que España quiere jugar en la primera división de la tecnología naval, con una industria que se coloca como ejemplo en el tablero internacional y una Armada española que suma herramientas decisivas para el futuro inmediato.