Los expertos advierten de posibles lluvias torrenciales este otoño, pero no tan extremas como la DANA del año pasado
Meteorólogos de Meteored señalan que "hay condiciones para un gran evento en la cuenca mediterránea" y avisan que "no hay que bajar la guardia".

El otoño climatológico comenzó el pasado 1 de septiembre y se extenderá hasta el 30 de noviembre con el recuerdo aún muy presente del impacto en Valencia de la DANA del pasado 24 de octubre. En esta estación se producen en España los episodios de lluvias trorrenciales más catastróficos, con las gotas frías como principales protagonistas de estos fenómenos.
Las DANAS son episodios recurrentes en España, según ha remarcado José Miguel Viñas, meteorólogo de Meteored, en un encuentro online con la prensa. "Los descolgamientos de aire frío que culminan a veces en ellas evolucionan con frecuencia por nuestro ámbito geográfico (Península y Baleares)", ha señalado, agregando que solo "ocasionalmente" estas dan lugar a episodios de lluvias torrenciales que puedan provocar grandes riadas o inundaciones catastróficas.
En España, la región mediterránea es la que históricamente se ve más afectada por ellas y, aunque los mapas del ECMWF, organismo de referencia de Meteored, muestran que las precipitaciones estarán por debajo de los valores medios en casi todo el país durante el mes de septiembre, con excepción del tercio norte, a partir de octubre la meteorología estará marcada por la inestabilidad.
Una época "extremadamente caótica"
Samuel Biener, climatólogo de Meteored, ha señalado que esta época es "extremadamente caótica, con un chorro polar que en nuestras latitudes suele trazar grandes meandros, condicionando el tiempo en España". El otoño es, además, el período de mayor pluviometría en buena parte de España, y en especial en las comunidades mediterráneas.
Durante la primera mitad del otoño son frecuentes los descuelgues de aire frío en forma de DANAS o vaguadas, mientras que conforme nos acercamos al invierno suelen predominar las precipitaciones frontales, por lo que los expertos hacen hincapié en que "resulta muy complicado realizar previsiones a largo plazo durante esta estación en lo que respecta a la lluvia".
A esto se suma que, siguiendo con la tendencia de años posteriores, la temperatura del Mediterráneo ha alcanzado temperaturas cercanas a los 30 ºC, lo que aumenta la cantidad de vapor de agua y potencia la intensidad de las tormentas cuando se combina con inestabilidad en altura.
¿Se prevén DANAS tan dañinas como las de octubre?
Aunque Biener ha destacado que este año no se espera necesariamente un episodio tan extremo como el de 2024, que no prevé que se repita hasta dentro de años, sí ha afirmado que "hay condiciones para un gran evento de lluvias torrenciales en la cuenca mediterránea".
El experto ha remarcado que "es bastante probable que suceda algo similar en algún punto de la cuenca mediterránea en las próximas semanas, quizás no tan extremo, pero con impactos muy importantes sobre la población y el territorio". Así ha asegurado: "Tenemos todos los ingredientes necesarios a falta de inestabilidad en altura para que las precipitaciones puedan ser extremadamente intensas; desde luego, no hay que obviar que potencial sin duda hay".
Las lluvias extremas e inundaciones asociadas a la DANA que afectaron a Valencia, pero también a otras provincias, se vieron "potenciadas por una serie de factores que confluyen en muy pocas ocasiones", ha explicado Biener. Los expertos meteorólogos han isnsitido en que se trató de un "episodio extraordinario" y que probablemente tardará en repetirse en nuestra geografía.
A pesar de esto, han apuntado que "no hay que bajar la guardia, ya que cantidades menores de lluvia en un corto espacio de tiempo en una región tan urbanizada como la mediterránea es capaz de generar importantes daños materiales".
Mientras, sigue sin haber unanimidad entre los climatólogos sobre si hay más DANAS que antes o no, pero lo que sí tienen claro es que en el contexto actual de cambio climático cuentan con una mayor cantidad de energía tanto a nivel atmosférico como a nivel marino. "Por lo que podríamos decir que estos fenómeno están dopados, aumentando su virulencia", ha asegurado Biener.
