Santiago Niño Becerra cuenta lo que les ha pasado a unos conocidos a los que se les ha roto el frigo: dice mucho de cómo estamos
¿Fallo del sistema o todo lo contrario?

El economista Santiago Niño Becerra ha contado lo que les ha pasado a unos conocidos de Barcelona a los que se les ha roto el frigorífico y se ha preguntado si todo se debe a un fallo del sistema o si, precisamente, el sistema funciona así con toda la intención.
El resumen es que a una familia se le estropea el frigo y nadie les da una solución: se pierden en llamadas y burocracias, de tal forma que tienen que acabar pidiendo a conocidos que les guarden en sus neveras la comida. Lo que el experto plantea es si no estará todo encaminado a que el cliente acabe cansándose y decida comprar un electrodoméstico nuevo en lugar de reparar el que tiene.
En un hilo de mensajes en la red social X, Niño Becerra explica que el frigo en cuestión tenía una antigüedad de sólo seis años y que sus conocidos decidieron primero llamar al lugar donde lo habían adquirido, que es "una cadena muy conocida".
Allí les dijeron que, como hacía más de tres años que lo habían comprado, no entraba en garantía: "Como lo que quería la familia era arreglar su frigorífico, inquirió si podían darles un teléfono del servicio técnico de la marca, y se lo dieron. Telefonearon y tras 'hablar' un rato con un sistema, les pasaron con una operadora quien les dijo que para su problema tenían que telefonear a un número que les dio pero que tendrían que esperar hasta las 9 horas de esta mañana porque a esa hora el servicio había cerrado".
Dice que hicieron eso y que tras esperar 15 minutos les informaron de que estaban llamando al servicio técnico de esa marca en Cádiz, así que les dieron el número de Barcelona, donde llamaron: "Y tras los consabidos 'si su asunto está relacionado con esto pulse 1 y si está relacionado con aquello pulse 2' han hablado con un operador que ha anotado todos sus datos".
Además, explica que ese trabajador les anunció que ahora les llamaría un técnico sin precisar cuándo y que les diría cuánto cuesta que vaya al lugar en el que se encuentra el frigorífico: "Si aceptan, vendrá, lo mirará y se irá, y les telefoneará para decirles el presupuesto de la reparación. Si la familia dice que están de acuerdo, les enviarán el presupuesto por mail para que lo devuelvan aceptado, y cuando se reciba en el servicio técnico, programarán una visita del técnico para proceder a la reparación".
"Esta familia, presa de la desazón, ha dicho que estaban dispuestos a pagar lo que les dijeran pero que vinieran ya y lo repararan, y el operador les ha dicho que eso era imposible porque el proceso que les había descrito debía completarse en su totalidad. También han preguntado si podía darles un plazo aproximado hasta que su frigorífico estuviese reparado, y el operador les ha dicho que no", subraya Niño Becerra.
El experto, tras exponer el caso, ha señalado que "si al final del primer cuarto del siglo XXI para arreglar un frigorífico (que solo ha estado vivo seis años) ha de suceder todo lo que he descrito, algo está fallando estrepitosamente en el modelo de vida que se ha montado".
"O no, y lo que tenía que hacer esta familia es ir rauda a una tienda y adquirir un nuevo frigorífico, que funcionaría y que no habría que reparar", deja caer el economista.
