Una española hace la compra en un supermercado de Los Ángeles y la gente se frota los ojos al ver los precios
“Echo tanto de menos España”

Un carrito, precios en dólares y una española que se mete en la boca del lobo pasillo tras pasillo. Así es como Paula Laguno ha enganchado a los miles de usuarios que han visto en TikTok su periplo por un supermercado en la ciudad de Los Ángeles. El vídeo, titulado “No sois conscientes de lo que me han cobrado”, roza ya los 60.000 ‘me gusta’ y ha desatado una oleada de comentarios que se mueven entre la estupefacción por lo que acaban de ver y el cachondeo. Desde el primer plano del vídeo queda claro que el choque, cultural y de bolsillo, va a ser de aúpa: "El queso, casi 9 euros… bueno, 9 dólares. Let’s go”, dice.
Paula recorre los pasillos de Whole Foods, un súper conocido por su oferta de productos eco y por pegar unos sablazos de campeonato, con el móvil en una mano y los ojos como platos: "Este pan, 5,37 dólares. Nos lo llevamos”. A partir de ahí, va llenando el carrito con tortillas para hacer burritos, huevos a 5,49$, leche a 7,49$… y eso no es nada comparado con lo que viene después, cuando entra en el pasillo de los congelados y se encuentra con el salmón: “18 pavos… ¡18 pavos!”, suelta, flipando, pero sin caer en la cuenta de que se trata de salmón salvaje. Por suerte para su economía, justo encima, se da cuenta de que hay una opción más barata: “Aquí hay filetes, me cago en la puta. Dos filetes de salmón. Para el carro”, comenta mientras se lleva salmón de piscifactoría a casa.
Entre pasillo y pasillo, Paula va dejando caer comentarios que dejan claro su desconcierto con los precios y la morriña que siente de los supermercados españoles: "Echo tanto de menos España...". También se sorprende al ver que las etiquetas de todos los productos incluyen las calorías, incluso en la fruta. Pero se viene arriba al llegar a su sección favorita: los encurtidos. "Aceitunas, aceitunas", dice mientras muestra un catálogo donde las hay rellenas de queso, de champiñones, ¡de todo!. "Siete dólares, ocho dólares…", cuenta con incredulidad antes de optar por las más baratas.
La compra de Paula sigue con arroz, champiñones, pimientos, aguacates a casi 5 dólares la pieza y algún que otro antojo como pueden ser un bote de guacamole o una bolsa de nachos. Todo va cayendo en el carro mientras comenta lo que ve. Pero antes de llegar a la caja, lanza un último mensaje: para saber cuánto le ha costado la compra, hay que ir a su otra red social, Instagram. Aunque, por ahora, tampoco lo ha contado allí.
Ya en casa, Paula graba un segundo vídeo para enseñar todo lo que ha metido en el carro de la compra y, de las bolsas de papel, va sacando productos mientras los comenta con el mismo tono incrédulo y resignado de su paseo por el súper: macarrones, panecillos con ajo, tomate cherry, espaguetis, manzanas, zumo de naranja, nueces, patatas fritas congeladas y una lechuga empaquetada "como si fuera un iPhone”.
También aparecen salsas como la de cheddar, tortitas de maíz, ketchup y sus queridas aceitunas: "Literalmente me voy a tener que hipotecar para pagarlas”. Tampoco faltan clásicos americanos como los mac and cheese que, según aclara, se ha llevado solo “para hacer un vídeo”.
Comentarios, consejos y un cartón lila
Las reacciones al vídeo del supermercado no tardaron en llegar y no tienen desperdicio. Algunos se parten de risa con sus despistes: “Goat milk = leche sin lactosa”, comentaba Isabel Hernández entre emojis de carcajadas. Otros, más prácticos, le señalaban lo más evidente: “Hija, es que te vas a Whole Foods”, le soltaba otra usuaria a la que Paula, lejos de achantarse, le respondía sin darle muchas vueltas: “Es que no te puedes ir a cualquier barrio a comprar”, y la misma usuaria remataba: “No tía, pero ya te digo que Kroger es casi todo igual de válido y la mitad de precio”.
Entre los comentarios, también hubo quien recordaba una de las diferencias clave con España: “Menos mal que allí el sueldo base es el doble que aquí…”. Otros aportaban datos que aquí no se suelen tener en cuenta, como este: “Espérate porque los precios son sin el IVA". En efecto, en Estados Unidos es habitual que el precio que aparece en la etiqueta no incluya los impuestos, que se añaden al pasar por caja. Y otros, los que ya tienen callo en lo de hacer una compra americana, lo dejan claro: “La mayoría de la gente no compra en Whole Foods porque es todo orgánico y megacaro. Lo más económico en LA es Trader Joe’s o Ralph’s”.
Y entre tanto comentario, Paula acabó confesando uno de sus despistes: compró leche de cabra pensando que era sin lactosa porque el envase era lila, “como en España”. Cuando se dio cuenta, ya era tarde: “ME EQUIVOQUÉ Y COMPRÉ LA DE CABRA QUE ES IMPOSIBLE DE BEBER”.
