Una española cuenta su experiencia trabajando con adolescentes en Noruega y derriba un mito
"Se hacen los tontos".
La usuaria de TikTok @aarticgirl, española que vive en Noruega, ha contado su experiencia trabajando con adolescentes en ese país y ha derribado el mito que tienen muchas personas, que consideran que allí es todo perfecto, maravilloso y las gentes el ejemplo de trabajadores aplicados.
"Spoiler: son unos vagos", empieza dejando claro antes de dar más datos: "Soy enfermera y en estos momentos estoy trabajando en una residencia de ancianos en Noruega. Generalmente siempre hace falta gente porque la gente no suele trabajar el fin de semana. Entonces contratan siempre a adolescentes de 16, 17, 18 años, he visto hasta de 14 años".
Ante la sorpresa de muchos, en los comentarios la usuaria ha explicado: "Aquí lo normal es empezar a trabajar, no jornada total pero días sueltos, desde que son bien pequeños, de hecho mi novio me cuenta que el primer trabajo que tuvo fue con 13 años".
"Lo que hacen es trabajar en residencias de ancianos o con los pacientes o en cocina. Y no hace falta tener estudios. Yo no soy mami de nadie pero me ha pasado en varias situaciones que tengo que estar diciéndole a la gente lo que tienen que hacer. Y no me refiero de alguien que entra nuevo o que no sabe. De alguien que lleva mucho tiempo, sabe lo que tiene que hacer, pero se sienta en una silla y está con el móvil todo el día y le están pagando por no hacer absolutamente nada y por que el otro asistente esté haciendo su trabajo", se lamenta la usuaria.
"El otro día trabajé con una chica noruega de 16 o 17 añitos a la que le tuve que decir: 'Has trabajado aquí antes, pero por si no te acuerdas, tienes que hacer los desayunos... Y dice: 'Ah vale, vale no lo sabía'. Esa niña llevaba trabajando ahí bastante tiempo, lo sabía perfectamente, pero se hacen los tontos", se queja.
La usuaria cuenta que esa joven le dijo que le daba mucho asco limpiar los restos de comida del fregadero: "Le digo: 'Ya, pero te están pagando por eso trabajo'. Y dice: 'Ya, pero da mucho asco'. Y le digo: 'Cariño, si yo soy capaz de limpiar culos y otras cosas, dime tú que no eres capaz de coger dos trocitos de comida y tirarlos a la basura".