Blanca Cusiné, empresaria agrícola, sobre las nuevas generaciones: "Lo peor es que no quieren trabajar, en unos años será peor"
El diagnóstico es compartido por numerosos profesionales: sin innovación y sin nuevos trabajadores, la producción agrícola tendrá dificultades para sostenerse en el futuro.

Lejos de los focos mediáticos pero en plena ebullición empresarial, la historia de Blanca Cusiné está llamando la atención dentro del sector agrícola español. Al frente de Acusín, una compañía catalana con más de tres décadas de trayectoria, esta joven directiva ha logrado que una firma especializada en maquinaria agrícola facture cerca de veinte millones de euros anuales y distribuya sus equipos en más de sesenta países. No se trata de un mercado masivo, pero sí de un espacio donde la tecnología y la capacidad de adaptación marcan la diferencia.
Su recorrido, como ella misma detalla en una conversación con el creador de contenido conocido como @Alexpvarela, ha estado lleno de incertidumbres. Los costes variables del sector, las crisis logísticas y las políticas arancelarias obligan a tomar decisiones con rapidez. Ante esa exigencia constante, Blanca es clara: "Intentamos poner una solución antes de que llegue una amenaza". Su filosofía se basa en anticipar los problemas y transformar cada contratiempo en un aprendizaje.
La innovación se ha convertido en la esencia de su negocio. "Intentamos que rápidamente pueda el cliente mismo manejar la máquina, ajustarla y, con un golpe de teléfono, solucionar los problemas", explica. Ese enfoque práctico, unido a una planificación rigurosa, les lleva a preparar la producción del año siguiente desde el mes de julio. Todo está pensado para que los agricultores no pierdan ni un minuto de campaña, ya que cualquier avería puede traducirse en pérdidas económicas importantes.
Otro pilar de Acusín es el equipo humano. Blanca reconoce que lo más difícil ha sido "delegar y crear un equipo en el que confiar", un desafío habitual entre quienes asumen grandes responsabilidades. Aun así, tiene claro que "es fundamental tener un equipo de talento y de personas que se comprometan con el proyecto". Los resultados, según asegura, se notan en la relación con los clientes: "Los clientes nos reconocen eso y están contentos".
Trabajar en un sector tradicionalmente asociado a perfiles masculinos tampoco la ha frenado. "En el mundo de la maquinaria agrícola y la ingeniería, todo es un mundo de hombres. Pero creo que eso también es una oportunidad", afirma. Está convencida de que las mujeres aportan habilidades complementarias que el sector necesita, especialmente en un momento donde la gestión, la planificación y la visión de largo plazo son tan importantes como el rendimiento mecánico.
Cusiné comparte además una preocupación creciente entre los agricultores: la falta de relevo generacional. Muchos jóvenes no consideran atractivo este sector, pese a que el campo español pierde miles de afiliados cada año. La tecnología, en su opinión, será clave para modernizarlo y hacerlo más competitivo. El diagnóstico es compartido por numerosos profesionales: sin innovación y sin nuevos trabajadores, la producción agrícola tendrá dificultades para sostenerse en el futuro.
Para Blanca, la respuesta pasa por transformar el modelo productivo actual. Su propia empresa es un ejemplo de cómo la maquinaria avanzada, la digitalización y la atención directa al cliente pueden marcar un antes y un después. Su mensaje, dentro y fuera del sector, es claro: el campo necesita evolucionar, y esa evolución ya ha comenzado.
