Segundas oportunidades: Sánchez tira la caña a Junts para recuperar el amor perdido
Le seduce con un decreto ley para satisfacer algunas de sus demandas, pero los de Puigdemont ya adelantan que este gesto es insuficiente para reconducir las relaciones.

Pedro Sánchez cree en el amor. Ya lo dejó claro en aquella carta abierta a la ciudadanía en la que señalaba que era un hombre "profundamente enamorado" de su mujer cuando amagó con dejar la Moncloa tras cinco días de reflexión. Y es que conquistar a Begoña Gómez no fue fácil en su momento. En un programa de televisión, Sánchez aseguró que tuvo que "dar mucho la tabarra" para que la bilbaína acabara cayendo en el embrujo de sus encantos. De hecho, según contó en su día la revista Hola, Sánchez estuvo mandándole semanalmente un ramo de flores a Begoña durante años como gesto de su amor irrefrenable hacia ella.
Como la política también es seducción, el presidente del Gobierno ha intentado este martes reconquistar a una pareja de baile muy esquiva. Un mes después de que Junts anunciara que rompía con él y que no iba a apoyar ninguna ley del Gobierno en el Congreso de los Diputados - lo que, de facto, suponía una parálisis legislativa - Sánchez ha reaccionado y ha procedido a la reconquista de un amor perdido. En primer lugar, ha optado por conceder dos entrevistas a dos medios catalanes: Rac1 y La2 Cat. La elección no es casual: en lugar de elegir un medio de difusión nacional, Sánchez quería hacer ver que el eco principal de la entrevista debía versar sobre Cataluña. Y más, concretamente, por su intención innegable de cortejar a Junts.
Y, para eso, Sánchez no se ha guardado nada. Ha entonado el mea culpa, asumiendo los retrasos en la consecución de los compromisos adquiridos con Junts. "Yo asumo los incumplimientos y asumo los retrasos que efectivamente ha criticado Junts", ha señalado. A renglón seguido, ha anunciado que el Consejo de Ministros iba a aprobar este martes un decreto ley con tres de las medidas demandadas por los de Puigdemont en estos últimos meses: modificación de la ley reguladora de las bases de régimen local para que Cataluña gestione la oferta y selección de los habilitados nacionales, flexibilización de las inversiones de los entes locales y ayuntamientos y un aplazamiento para la obligación del uso del sistema Verifactu para Pymes y autónomos.
Un "regalo" inesperado con el que Sánchez quiere demostrar a Junts que está dispuesto a reencauzar las relaciones y volver a un diálogo que el propio presidente del Gobierno ha admitido que ahora mismo no existe. Cabe recordar que Santos Cerdán hacía de celestino entre ambos y que, tras su entrada en prisión, ese papel recayó puntualmente y con poco éxito en José Luis Rodríguez Zapatero.
A Junts, el decreto ley le sabe a poco
Junts, sin embargo, se hace el duro. En unas fuentes facilitadas a diferentes medios, la dirección del partido ha demostrado que sigue despechado y que no cree en el cambio de posición de Sánchez. "Sólo será creíble cuando haya cumplido todo lo pendiente. "Hasta entonces seguimos igual. Hechos, y no solo palabras", han dicho. Una manera de expresar que para tener su amor, el presidente del Gobierno tendrá que hacer algo más que encargar flores todas las semanas o aprobar un decreto ley con tres medidas de escasa relevancia. Junts lo quiere todo, especialmente la delegación de las competencias de inmigración a Cataluña o la oficialidad del catalán en la Unión Europea. Lo primero fue tumbado por el Congreso con Podemos y algunos partidos dentro de Sumar en contra y lo segundo se encuentra con las reticencias de algunos países de la UE.
¿Por qué Sánchez ha elegido este martes para dar un volantazo y tomarse en serio la amenaza de ruptura de Junts? Fuentes de Moncloa señalan a Europa Press que lo de hoy es es un mensaje de "mitad de legislatura", haciendo hincapié en que tienen intención de continuar hasta 2027 y esperan seguir contando con los de Puigdemont. "Esperamos poder trabajar con ellos, como con el resto de las fuerzas parlamentarias y los grupos políticos que hicieron posible una investidura en el año 2023", ha enfatizado la ministra portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros en el que se ha aprobado ese decreto ley para seducir a Junts.
El Ejecutivo espera que el intercambio de regalos sea recíproco y que los de Puigdemont aprueben el límite de gasto no financiero, conocido como 'techo de gasto', y los objetivos de estabilidad y de deuda que ya tumbaron en el Congreso la semana pasada. Las mismas cifras han vuelto a ser aprobadas hoy por el Gobierno, por lo que la 'patata caliente' vuelve ahora a Junts mientras Sánchez cada vez confía menos en sacar adelante los Presupuestos de 2026.
Amores contrariados
Pero en ese cortejo del Gobierno con Junts, Sánchez puede romper las pasiones con otros grupos parlamentarios. En especial, Sumar, que ya ha dejado caer que no aceptará el trágala de otras medidas solicitadas por los independentistas, como destinar fondos a ayudar a propietarios ante los impagos en caso de arrendamiento a jóvenes o a familias vulnerables. Una propuesta que Sánchez se ha guardado para otro Consejo de Ministros y que desde Sumar o Podemos ven como "peligrosa". "Esperemos que con la excusa de recuperar los puentes con Junts no se asuman las exigencias antisociales de un sector de la patronal catalana", han dicho desde la formación de Yolanda Díaz.
Y el PP, que ansía cortejar a Junts con el fin de desbancar a Sánchez de la Moncloa, ha acusado al presidente de ofrecer un "cheque en blanco". Aunque, curiosamente, fue Feijóo quien este fin de semana arengó a la patronal catalana a convencer a Junts para pasar una tarde de amor en el Congreso y echar a Sánchez de la Moncloa mediante una moción de censura. Si esto pasara, ha dicho el presidente del Gobierno, sería la constatación de que la normalización ha vuelto a Cataluña. Un dardo envenenado a Junts en un momento de incertidumbre, tensión y amores contrariados. Porque, como dijo Gabriel García Márquez, "el amor se hace más grande y noble en la calamidad".
