El próximo jueves, 30 de abril, se cumplirán 40 años de la caída de Saigón. Este hecho supuso el fin de la guerra de Vietnam y el inicio de un período de transición que conduciría a la reunificación del país, al año siguiente. Pasadas cuatro décadas, aún hay ciudadanos de Vietnam que sufren los efectos del uso del llamado agente naranja, el defoliante con el que EEUU trató de ganar, con el que roció ciudades enteras.
Sus efectos, hoy visibles, son deformaciones severas, daños cerebrales y físicos, defectos congénitos, multitud de tipos de cánceres diferentes... La mayoría de las víctimas son veteranos de guerra y sus descendientes. Se calcula que Washington lanzó millones de litros de este agente en las selvas vietnamitas para exponer a las tropas comunistas del norte. Este agente es de gran toxicidad por su alto contenido de dioxina y arrasó millones de hectáreas, tanto de bosques como de cultivos, alcanzando a 30.000 núcleos habitados.
Tanto Cruz Roja como Unicef mantienen programas de ayuda, porque es indispensable asistir en lo sanitario y en lo social a familias en las que sus miembros van muriendo rápidamente o nacen incluso ancladas a una cama por una deficiencia física o psíquica.
El fotógrafo de Reuters Damir Sagolj ha viajado a la zona para conocer a las personas afectadas, cuatro décadas después. Este es el resultado de su labor.
Nguyen Hong Phuc, ex soldado de 63 años, sentado en la cama de su hijo Nguyen Dinh Loc, de 20, que se recupera de la operación de un tumor en las afueras de Hanoi. Nguyen Dinh Loc y sus descendientes tienen problemas porque el abuelo estuvo ex...
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Do Duc Diu, un ex soldado, es besado por su hija discapacitada, Do Thi Nga, ante la mirada de su esposa. 12 de sus 15 hijos han muerto por enfermedades que los doctores vinculan con el agente naranja lanzado por EEUU. El antiguo soldado estuvo e...
Tang Thi Thang baña a su hijo Doan Van Quy ante su vivienda en Truc Ly. El padre del menor fue militar, destinado en zonas donde se empleó el agente. Los dos hijos de la familia nacieron con discapacidades.
Doan Tue, con su nieta, ante una foto suya de cuando era militar. Están en su casa de Truc Ly. Doan Tue también fue soldado y tuvo hijos con discapacidad.
Phan Van Lam, en su hamaca, en la provincia de Quang Binh. Su padre, ex soldado, luchó en el norte. Dice que no estuvo expuesto directamente al agente naranja, pero luego vivió en zonas afectadas. El intenso daño cerebral de su hijo procede d...
Dang Thi Quang y su hijo Nguyen Van Binh se ven reflejados en el acuario de su casa en Quang Binh. El padre de familia fue otro soldado afectado por el agente.
Lai Van Manh descansa en su cama, con su padre Lai Van Bien al fondo, recibiendo a unos vecinos, en Tuong An. El progenitor fue un agente de Inteligencia afectado por el agente, que ha tenido dos hijos con discapacidades varias.
Le Van Dan (centro) mira a su nieto enfermo, Le Van Tam, mientras su hija alimenta a otro nieto discapacitado en su casa de Phuoc Thai. Le Van Dan fue un soldado de artillería y afirma que fue expuesto al agente naranja más de una vez.
Lai Van Manh descansa en su cama, con su padre Lai Van Bien al fondo, recibiendo a unos vecinos, en Tuong An. El progenitor fue un agente de Inteligencia afectado por el agente, que ha tenido dos hijos con discapacidades varias.
Nguyen Thi Van Long (derecha) y su mejor amiga Dinh Thi Huong, que es sorda y muda, juntas en la Friendship Village, un hospital para víctimas del agente naranja en Hanoi. Los padres de ambas eran soldado. 120 niños y 60 veteranos de guerra es...
Nguyen Thi Ngoc juega con su amigo y compañero de habitación Dang Thi Nu en Villa Amistad (Friendship village). Son nietos de veteranos afectados por el agente.
Nguyen Thi Thiet y Nguyen Thi Phuoc, ambos son graves discapacidades, en casa de su hermano, en Danang. Su padre fue el conductor de altos mandos militares del sur de Vietnam.
Pham Thi Phuong es alimentado en el hospital de Ho Chi Minh City. Su condición de salud es consecuencia de la exposición de sus padres al agente naranja.
Tran Huynh Thuong Sinh, de 12 años, alimentado en el Hospital Peace Village de Tu Du, en Ho Chi Minh. Sus padres y su abuelo estuvieron expuestos a los agentes.
Fetos deformados en botes de cristal en la sala de exposición del Peace Village del Hospital de Tu Du. Más de dos tercios de los pacientes que tratan sufren enfermedades o deformaciones causadas por el agente naranja.
Doan Thi Hong Gam, de 38 años, que sifría un importante daño cerebral, se cubre a sí misma con una sábana en la habitación vacía en la que suele estar, en su casa de Thai Bin. Su padre la ha confinado allí por su comportamiento violento.
Le Dang Ngoc Hung, de 16 años, que sufre problemas físicos y mentales, descansa en su casa de Phuoc Thai. Su abuelo, militar, dice que fue expuesto reiteradamente al agente naranja e incluso fue rociado directamente por aviones militares de EEUU.
Nguyen Van Tuan Tu, de siete años, con serios problemas de salud, cuidado por un miembro de su familia cerca del aeropuerto de Danang. Su padre, ajeno al peligro, cogía peces del lago cercano para alimentar a su familia. El primer hijo del mat...
Nguyen Hong Phuc, ex soldado de 63 años, sentado en la cama de su hijo Nguyen Dinh Loc, de 20, que se recupera de la operación de un tumor en las afueras de Hanoi. Nguyen Dinh Loc y sus descendientes tienen problemas porque el abuelo estuvo ex...
Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.
Sobre qué temas escribo
Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.
También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.
Mi trayectoria
Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.
En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo.
Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí 'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.