Cuando se es joven hay rachas en las que cualquiera puede sacar su faceta olímpica y encadenar un amor fugaz tras otro. Eso está muy bien hasta que llega la media naranja.
Ir de flor en flor es divertido, pero la vida en pareja también puede ser maravillosa. Aquí van diez razones de peso:
- Porque cuando llevas un tiempo con tu pareja y, sobre todo, si hay hijos de por medio, uno de los dos —o los dos, en los mejores casos— ha tenido que coger el toro por los cuernos y aprender a cocinar. ¡No más guisantes congelados, ni espaguetis blandurrios!
- Porque hacer la compra para dos es mejor que hacerla para uno. Las raciones son demasiado grandes para singles y se acaba comiendo lo mismo durante una semana. Cuando sois dos, la cosa cambia.
- Porque las bragas cuquis son muy incómodas: los encajes pican, se meten por todas partes… Cuando llevas un tiempo con tu pareja, las braguitas de batalla no estarán mal vistas. ¡Viva el algodón!
- Porque lo mismo pasa al revés, ellos también pueden relajarse y ambos pasar por alto los calzoncillos con miles de lavados encima.
- Porque tenéis vuestros chistes privados, esas frases con las que os miráis y sabéis perfectamente lo que estáis pensando.
- Porque os queréis con vuestras pequeñas miserias: todos tenemos cosas que nos avergüenzan. Roncar, bailar mal, tener un despertar horrible… Todo da igual, porque tu pareja lo sabe, te conoce y te quiere tal y como eres.
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