Tres gráficos para entender la situación de los deberes escolares en España

Tres gráficos para entender la situación de los deberes escolares en España

EFE

Después de varios meses avisando, los padres han dicho basta. La Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa) emprendió este jueves una campaña contra los deberes escolares en la que amenazan con negarse a que sus hijos hagan las tareas durante, al menos, los fines de semana de noviembre. Quieren mostrar de esa forma lo que consideran que es un problema para alumnos y familias.

La guerra viene de lejos, aunque en los últimos años se ha ido recrudeciendo. La batalla la abrió el año pasado Eva Bailén, una madre que logró más de 215.000 firmas para lograr la “racionalización de los deberes”. Su campaña consiguió un gran impacto mediático con la publicación de un vídeo que hacía reflexionar sobre si ser niño era la profesión más esclava del mundo.

“Hay cierto sector que, como no tiene hijos y no viven esta situación, piensa que los padres nos quejamos por nuestro afán de sobreproteger y de no educar a los niños en el esfuerzo. Muchas veces te vienen y te dicen que luego tenemos ni-nis porque no los educamos bien”, explicó Bailén a El HuffingtonPost.

"EL NIÑO ASÍ NO VIVÍA"

Ella ponía de ejemplo a su propio hijo, al que el año pasado cambió de colegio (de uno público a otro que también lo es) buscando para él una vida menos agobiante. Cuenta que, hasta entonces, el niño, después de pasar el día en el colegio, comenzaba a hacer deberes a las 17.30 horas todos los días y no acaba hasta las 21.00. El ritmo continuaba los fines de semana y en vacaciones. “El día a día era agobiante hasta el punto de tener que quitarle de actividades extraescolares, de judo, porque el niño no vivía”, recordaba.

Bailén aseguraba que menos tareas no significan peor rendimiento escolar. “Los datos de PISA y la OCDE dicen que hay un impacto positivo hasta unas cuatro horas de deberes semanales. Superada esa cifra, hacer más deberes no supone ninguna mejora”, aseguraba, a la vez que destacaba que, en España, los alumnos de Primero de Primaria hacen “seis, siete y ocho horas a la semana”. “¿Qué estamos haciendo? Luego se dan las cifras de fracaso escolar que se dan. Cuando los niños llegan a la secundaria ya están cansados”, zanjaba.

Y lo cierto es que las cifras le dan la razón. En diciembre de 2014, la OCDE publicó un estudio cuya conclusión era clara: el número medio de horas que los alumnos destinan a los deberes u otras tareas establecidas por los docentes no suele estar relacionado con el rendimiento global del sistema escolar. Y hay otros factores, como la calidad de la enseñanza y el modo en que se organizan los centros, cuyo impacto sobre el rendimiento global del sistema escolar es mayor.

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De hecho, Finlandia y Corea del Sur, que son países referencia en Educación, son los que menos deberes mandan para casa, con menos de tres horas por semana. Los alumnos españoles hacen 6,5, frente a las 4,9 de media del resto de países, aunque el 20,24% de los padres aseguran que sus hijos dedican más de dos horas diarias a los deberes, lo que supone más de 10 horas semanales.

La tendencia mundial es, además, a la baja. La OCDE subraya que la cantidad de tiempo que los alumnos pasan haciendo deberes se redujo entre 2003 y 2012 en 31 de los 38 países analizados por la OCDE. En 2003, el promedio era de 5,9 horas semanales por alumno, una hora más a la semana que en 2012.

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MÁS DE CUATRO HORAS DE DEBERES, INÚTILES

En cualquier caso, la OCDE señala que la cantidad de tiempo que los alumnos pasan haciendo deberes sí está relacionada con su rendimiento y con el de sus centros. Y que los alumnos que destinan más tiempo a hacer deberes suelen obtener una puntuación más alta en PISA, al igual que sus centros. Pero la OCDE subraya que “los datos de PISA indican que después de unas cuatro horas de deberes a la semana, el tiempo adicional dedicado a los mismos tiene un impacto insignificante en el rendimiento”.

La OCDE sugiere, además, que más deberes suponen más desigualdad. Los alumnos socioeconómicamente favorecidos pasan más tiempo haciendo deberes u otras tareas exigidas por sus profesores que los desfavorecidos. Y los primeros tienen más probabilidades que los segundos de contar con un lugar adecuado para el estudio en sus hogares y unos padres comprometidos capaces de transmitir mensajes positivos sobre la educación y la importancia de hacer lo que los docentes demandan.

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La guerra declarada por Ceapa a los deberes tiene un precedente inmediato. La mayor asociación de padres de alumnos de Francia convocó en 2012 una huelga de deberes escolares al considerar que no son útiles y que aumentan la desigualdad.

Aunque los expertos indican que una cantidad razonable de deberes sí es positiva, el objetivo de la huelga de Ceapa es que desaparezcan en su "totalidad", según ha enfatizado el presidente de esta organización, José Luis Pazos.

UN "DESPROPÓSITO" Y UNA "ABERRACIÓN"

La incógnita ahora es qué consecuencias habrá si, durante la huelga, los niños llegan a clase con los deberes sin hacer. De momento, el presidente del sector de Educación de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), Mario Gutiérrez, ya ha adelantado que la iniciativa le parece un "despropósito", una "aberración" y una "burda desautorización al profesor por parte de los padres".

Durante una intervención en TVE, Gutiérrez ha afirmado que, al tratarse de un tema pedagógico y profesional, requiere de una "solución consensuada" porque, en su opinión, los deberes son “necesarios para que el niño desarrolle su autonomía personal". Todavía queda tarea por delante.