Realismo especulativo: un manifiesto (supuestamente) literario
Primeros pasos para una literatura no antropocéntrica.
I. Primer peldaño
Los manifiestos políticos y artísticos conforman un género literario que apenas contiene manifiestos literarios. Este manifiesto reformista o escalera de sietepeldaños recorre el mismo camino (en espiral) que las siete abjuraciones de Stephen Greenblatt: la ficción se explica mediante la circulación de la energía social. Es decir, no se llega al último escalón sin haber pasado por los anteriores.
II. Segundo peldaño
Este manifiesto (supuestamente) literario reconoce, al menos, la existencia de otro manifiesto: Hambre de realidad de David Shields. Un manifiesto para la literatura ha de ser un artefacto literario que reconozca su propia naturaleza híbrida e intertextual.
III. Tercer peldaño
Las obras literarias no son tanto un objeto (clausurado) como una máquina (creadora), tal y como argumenta Grant Hamilton. El realismo especulativo persigue una realidad ampliada, la construcción no antropocéntrica de mundos imaginarios. Esta escalera de caracol puede cambiar de forma y sigue la estela delmanifiesto composicionistade Bruno Latour.
IV. Cuarto peldaño
En el realismo humanista, nada de lo humano es ajeno.
En el realismo especulativo, todo lo no humano merece atención.
El humanista, como nos recuerda Eileen Joy, abordaría el mito de Sísifo como un simple drama humano. El realista especulativo también trazaría la historia de la roca que el condenado tuvo que arrastrar.
V. Quinto peldaño
Para el realismo humanista, Moby-Dick es una novela sobre una gran ballena que remite al alma humana. Para el realismo especulativo, Moby-Dick es, sin negar lo anterior, una novela sobre el mundo de las ballenas y sus interacciones con todo lo demás (humano y no humano).
Una novela sobre la natación no trataría solamente sobre los nadadores; el storyworld también trataría objetos literarios como el agua, el cloro y las piscinas.
VI. Sexto peldaño
La historia literaria se centra en Don Quijote, Hamlet, Werther y otros seres humanos que intentan encontrar su lugar en el mundo.
En el realismo especulativo, la historia literaria se asomaría y redescribiría las fábulas de Esopo, el asno de oro de Apuleyo, el coloquio de los perros de Cervantes, las brujas de Shakespeare, las memorias de una horca de Eça de Queirós, el Drácula de Bram Stoker, las criaturas de Lovecraft, los cuentos sobre animales de Horacio Quiroga, los libros de Penelope Fitzgerald o el chocolate de Joanne Harris.
Una contrahistoria (no humana) de la literatura complementaría la historia literaria oficial.
VII. Séptimo peldaño
Con el realismo, la escalera de la literatura acaba en el séptimo escalón.
El realismo especulativo, en cambio, busca un octavo escalón, aunque este pueda ser un mero salto (wittgensteiniano) al vacío.