Athenea del Castillo sale al rescate de España para hacer historia: a semifinales tras superar a una combativa Suiza
La cántabra, de nuevo suplente, rompe el partido con su gol tras más de una hora de bloqueo ante una anfitriona espoleada desde las gradas. Pina sentenció con otro golazo y España falló dos penaltis. Es la primera vez que superamos una eliminatoria en una Eurocopa.

España, donde quería estar. La campeona del mundo y gran aspirante a la Eurocopa ya está en las semifinales tras vencer por 2-0 a una muy combativa Suiza en un partido más complejo de lo que muchos esperaban. Porque no fue hasta pasada la hora de juego cuando 'La Roja' deshizo el muro suizo y el muro de su propio agobio. La clave residió en la enésima reivindicación de Athenea del Castillo. Fue pisar el césped del Stadion Wankdorf y cambiarlo todo. Su tanto y acto seguido un golazo de Claudia Pina despejaron el camino más lógico, el de las semifinales.
El susto queda, eso sí. Y los dos penaltis fallados, también. Todo sea por haber conquistado otro hito en la historia del fútbol femenino español, la primera eliminatoria de una Eurocopa superada. Ahora queda el reto mayor.
La realidad es que España hizo mucho más para ganar y para abrir el marcador pronto, si bien, también lo es que Suiza llegó a intimidar a las de Montse Tomé, que apostó por Cata Coll en la portería como gran cambio. Enfrente, un equipo helvético de 11 jugadores y más de 25.000 incansables animadores patrios, la práctica totalidad de los casi 28.000 asistentes. Apretó mucho el público, que llevó en volandas a las suyas en la primera gran noche del fútbol femenino suizo.
Con el ambientazo del estadio de Berna, las locales salieron a por todo. Una ansiedad traducida en cada contacto, siempre favorable a ellas. Pero también en un exceso de ganas, como el que llevó a Riesen a meter una pierna a destiempo para zancadillear a Mariona Caldentey en los albores del encuentro. El penalti, tan inocente como incuestionable, parecía abrir el camino a España, pero la propia Mariona desvió su mira y el tiro se marchó a la izquierda de Peng.
El gol que no celebró España supo a triunfo en el en las gradas. Sin bajar el volumen decibélico, la hinchada centroeuropea no dejó de espolear a su equipo. Muy venido arriba, llevó peligro en su velocidad hasta el área de Cata Coll. Pero el descaro no era únicamente físico, también les empujaba a sacar el balón jugado desde atrás, asumiendo unos riesgos tan impropios como celebrados desde arriba.
Ese subidón fue dando paso, cumplido el cuarto de hora, a un guion más normalizado. España monopolizaba el balón y sólo cuando lo perdía, Suiza salía con velocidad. Pero el ritmo lo marcaba la campeona del mundo, que se plantaba fácil cerca del área helvética. Una vez ahí, un bosque de piernas que dificultaba afinar la punteria en las mil y una ocasiones, la mayoría demasiado ligeras.
La realidad, más allá de la estadística de posesión y acercamientos al área, es que Suiza repelía sin un sufrimiento excesivo la ofensiva española, falta de un plus de intensidad para hacer realmente daño. Y cuando lo hizo, faltó la pizca de suerte, como en un cabezazo de Paredes tras saque de esquina bien preparado que se fue al poste. Si España empezaba con un penalti al limbo, las de Montse Tomé se iban a vestuarios con otro 'casi' en el cuerpo. Y con 0-0.
De vuelta al césped y con los mismos nombres, pudo verse a una anfitriona cada vez más animada y a una España algo empujada por sus propias prisas. No obstante, incluso con esa incomodidad de quien se siente obligada a romper el marcador para evitarse un susto mayor, el juego de la campeona del mundo se abría paso. Al filo de la hora, en el lapso de cinco minutos, se rozó el 1-0 en varias ocasiones. Capítulo aparte para otro córner de Pina al segundo palo que esta vez esperó Patri Guijarro. Como antes Paredes, su testarazo fue directo al poste y en el caos de piernas y rechaces, salió cruz.
Entendió Tomé que era el momento de los cambios —quizás lo era un buen rato antes—. El partido pedía una marcha más, el mejor escenario para una Athenea del Castillo con ansia de reivindicación. Ya se lució ante Italia y aquí tardó un suspiro en cambiarlo todo. Veloz y más fresca que el resto, la madridista apareció por el centro para hacer buena la excelente asistencia de Aitana y definir con clase ante Peng en el 65'.
El 0-1 lo abrió todo. Suiza optó por jugársela a las contras por velocidad y en una de ellas estuvo a punto de llegar un empate que evitó Cata Coll en su primera intervención de mérito. Pero España quería apretar sabedora de que un 1-0 no era garantía de nada. Una jugada embarullada y un balón muerto le bastaron a Claudia Pina para volver a sacar su 'bazoca' en forma de trallazo y hacer el 2-0 con un golazo de tiro lejano en el 70'.
Las anfitrionas, todo pundonor, no dejaría de intentarlo, pero verse dos tantos abajo les resultó un muro infranqueable. Las campeonas del mundo, con Vicky López y Salma Paralluelo en el campo para añadir mordiente, pudo respirar. De hecho, pudo caer el 3-0 gracias a un penalti provocado por Athenea, pero Alexia Putellas no acertó.
Si había que fallar uno o dos, mejor hoy. España ya está donde tenía que verse, entre las cuatro grandes aspirantes el trono europeo. El miércoles, ante Francia o Alemania —sin Laia Aleixandri por acumulación de tarjetas— el siguiente hito por conquistar.
