El 14º récord mundial de Duplantis abre un debate en redes sobre la 'moralidad', el dinero y el límite del cuerpo: "¿Podría hacerlo mejor?"
La estrella sueca se colgó su tercer oro mundial en Tokio, pero a raíz de este inaudito e incomparable logro han surgido varias críticas en torno a su manera de proceder en las competiciones.

Este lunes, el sueco Armand 'Mondo' Duplantis batió nuevamente el récord del mundo en salto de pértiga. Algo que se ha convertido en una costumbre en cada competición a la que acude. Centímetro a centímetro, el saltador de pértiga ha batido el récord mundial un total de 14 veces hasta dejar -como ayer- al segundo clasificado 30 centímetros por detrás de su marca.
La diferencia de nivel entre el extraterrestre Duplantis y el resto de mortales es insultante, y se puede contar con los dedos de una mano -y seguramente sobren- un dominio tan apabullante en la historia del deporte. Quizás el único ejemplo que puede sostenerle el debate puede que sea la hegemonía de Rafa Nadal en Roland Garros por tirar un poco de 'madre patria'.
Sin embargo, en el mundo del atletismo, hay muy pocos ejemplos -si es que los hay- de algo mínimamente similar a lo que hace Duplantis competición tras competición. Los 6,30 metros en los que dejó este lunes su mejor marca en los Mundiales de Tokio son toda una heroicidad que se antojaba impensable para el ser humano antes de la llegada de este marciano.
Pero a raíz de esta última proeza se ha generado un debate en torno a los continuos récords conseguidos por Duplantis. Y es que, cada vez que un atleta consigue un récord mundial se embolsa, como mínimo 100.000 dólares. Esta cifra es abonada por la World Athletics, el organismo rector del atletismo, siendo indiferente si la nueva mejor marca del mundo se consigue en pista cubierta o al aire libre.
Pero esta suma económica se ve engordada gracias a los contratos y patrocinios que el atleta en cuestión tenga. En el caso de Duplantis, por ejemplo, hay marcas como Puma, Red Bull u Omega, que a su vez, le recompensan por cada récord del mundo con un montante que puede oscilar entre los 30.000 y los 100.000 dólares.
Si se hacen los números rápidamente, y ubicamos una recompensa media de unos 130.000 dólares por récord del mundo, Duplantis se habrá embolsado a día de hoy solo gracias a sus récords del mundo, un total de 1.820.000 euros. Y solo tiene 25 años.
Y dirán, ¿dónde está el problema? Realmente no existe ningún problema, aunque en las últimas horas, muchos espectadores han 'criticado' que Duplantis bata el récord centímetro a centímetro para ingresar dinero cada vez que lo hace. Es decir, muchos sostienen que podría haber batido en más de una ocasión su propio récord mundial por dos, tres o cuatro centímetros, y critican que lo que el sueco hace en cada ocasión es incrementar un centímetro la marca para que el listón no esté tan alto la siguiente vez y mientras tanto pueda seguir cobrando los 130.000 (de media) por cada récord que bate.
Este debate ha retrotraído a muchos a casos similares -o que la gente percibió como parecidos-, como Usain Bolt. Según muchos fans, Bolt pudo batir por más su propio récord mundial, pero no lo quería superar "por mucho" para poder batirle en futuras ocasiones e igualmente, cobrar el premio por batirlo cada vez.
Así, muchos 'acusan' al hombre más rápido de todos los tiempos de dejarse llevar en muchas competiciones en los últimos metros de la prueba reina del atletismo para no establecer una marca que fuera casi imposible de batir por él mismo.
Realmente, en el caso de Bolt este razonamiento tiene poco sentido porque, si bien es cierto que en muchos mundiales y JJOO se podía ver claramente cómo el jamaicano se dejaba llevar en los últimos metros, también es verdad que Usain Bolt 'tan solo' batió el récord del mundo en tres ocasiones, hasta dejar la marca de los 100 metros lisos en unos enfermizos 9,58 segundos en los Mundiales de Berlín de 2009. Una marca que se atisba verdaderamente difícil de batir. Pese a ello, muchos no han desaprovechado la ocasión para darle un palo: "Hasta dónde habría llegado si se hubiera exprimido al máximo", le reclamaban.

Sin embargo, el caso de Duplantis parece diferente, al menos desde el prisma de muchos, que ven en sus prácticas un intento de llenarse los bolsillos y no llevar su cuerpo al límite en cada intento, sino más bien, de medir al dedillo todos los esfuerzos para seguir batiendo récords mundiales poco a poco e ir acumulando cada vez más dinero en premios.
Esta acusación, sin embargo, se puede considerar cuento menos discutible, ya que si se miran los últimos 14 récords del mundo todos llevan la misma firma: Armand Duplantis, por lo que eso de "no llevar a su cuerpo al límite"... no parece tener demasiado sentido. Pese a ello, muchos de los críticos se ponen en el peor escenario, y se preguntan qué pasaría si por una desgracia tiene una lesión que le apartara de la competición o le obligara a retirarse: "Se arrepentiría de no haberse puesto a prueba al máximo en cada ocasión, y dejar así el récord en una marca inalcanzable para nadie".
En cualquier caso, lo haga por uno u otro motivo, cada vez que Duplantis coge la pértiga acapara todas las miradas de cualquier aficionado al deporte, ya que todos saben que van a ver un pedacito de historia del deporte en ese concreto momento, ya que este animal se puede considerar a sus 25 años como una de las mayores leyendas de la historia del deporte.
