Andrés Gil, experto en energía: “La mayoría hace que el potencial ahorro termine en mayores gastos al olvidarse de detalles"
Las ofertas para abaratar la luz se multiplican, pero muchos usuarios cambian de compañía sin revisar elementos clave del contrato.
Si en los últimos meses de este año has recibido alguna llamada prometiéndote que vas a “pagar menos por la luz”, no eres el único al que le pasa. Las comercializadoras han pisado el acelerador de las promociones en el tramo final del año para robarse clientes a los que les prometen un ahorro en la factura desde el primer mes, especialmente ahora, cuando el precio de la electricidad tiene cada vez mayor peso en los presupuestos familiares.
Ese movimiento comercial coincide con un dato llamativo: casi una de cada cuatro personas decidió cambiar de compañía eléctrica en 2024, según la CNMC. Pero ese giro suele hacerse con poca información. "Solo escuchamos el precio del kilovatio hora, comparamos frente a lo que tenemos contratado y esa es toda la investigación que hacemos", explica Andrés Gil, experto en el mercado energético de Octopus Energy. "La mayoría se olvida de otros detalles que pueden marcar la diferencia y hacen que el potencial ahorro termine en mayores gastos".
Los tres puntos que más se pasan por alto
El primero es la potencia contratada. Es un coste fijo que puede llegar a representar hasta el 30% de la factura y que, si es más alta de lo necesario, encarece el recibo sin aportar ninguna ventaja. «Uno de cada cinco hogares españoles podrían pagar menos en sus facturas solo revisando este factor», señala Gil. El ajuste, apunta, puede traducirse en un ahorro medio de 99 euros al año.
El segundo elemento es el precio del kWh, que cambia según la tarifa y los hábitos de consumo. «La clave está en evaluar si tus hábitos de vida y la posibilidad de programar el uso de tus electrodomésticos te permitirán sacar el máximo provecho de una tarifa con discriminación horaria», afirma Gil. En el mercado libre conviven tarifas con un solo precio durante todo el día y otras que diferencian entre punta, llano y valle. En el regulado, el precio varía cada hora.
WLa mejor forma de analizar las ofertas que recibimos es pensar qué tanto podemos adaptar los horarios para aprovechar las tarifas más económicasW, insiste. WSi alguien puede adelantar la lavadora o programar el lavavajillas en las horas baratas, entonces conviene estudiar un contrato que premie esa flexibilidaw».
El tercer aspecto es la letra pequeña. Muchas ofertas incluyen servicios de mantenimiento o seguros que son gratuitos durante un periodo, pero que después se convierten en un coste fijo añadido. A esto se suma la atención al cliente: «Plataformas como Trustpilot y Google Reviews permiten conocer casos reales y filtrar alternativas que nos den un mejor acceso a los servicios», indica Gil. «No se trata solo de atender reclamaciones, sino de darle prioridad al cliente y ofrecer productos y servicios que le faciliten la vida».
Antes de cambiar de compañía, también conviene revisar si el contrato actual tiene permanencia o penalizaciones. Cancelarlo antes de tiempo puede borrar cualquier ahorro prometido por la nueva oferta.